Siempre estás acá, presente.

Anoche me acordaba de vos, de cuando me compraste esa guitarra azul y me pagaste clases para aprender a tocar.

"Tócate algo", me decías. Cómo cuando venía tu amigo y le pedías que tocara y cantara una canción de sin bandera y lo escuchabas por horas.

Me pedías una canción de folclore, o un chamamé, y yo, solo me sabían una zamba a medias. "Todavía estoy aprendiendo" te decía.

Recuerdos tontos, que siempre fueron eso.

Pero sabes, desde que ya no estás, todo se volvió tan valioso.

Incluso mis posesiones más olvidadas se volvieron algo preciado, como la armónica, esa que jamás aprendí a tocar.

Anoche me acordaba, y te pensaba.

Que difícil se volvió vivir sin vos,

sin tu voz.

Sin todo eso que te llevaste

Y sobre todo, con todo eso que dejaste.