mi corazón fue entretejido, por unas suaves y pequeñas manos mágicas. la magia que reside en tus dedos me salvó y tus brazos cobijaron mi alma para desarmar todos sus esquemas y volver a tejer el corazón mío.
suave, pausado y desaforado, magnánimo. tan solo a pasitos del cielo, y siempre te lo digo más allá de las palabras: tus labios saborean mis suspiros tan bien y mis ojos se llenan de lágrimas perladas, que también te das el tiempo de contar una a una, con resquemor y cuidado, ese que tanta falta me hizo, cada que se deslizan por mi piel.
eres la certeza de que he hecho bien e incluso la duda de qué fue aquello tan celestial que me trajo benevolentemente hasta tus manos.
y yo quisiera envolverte y cobijarte para siempre, y a la vez hundirme en tu pecho y no salir de ahí para poder sentirme libre. así siempre te anhelo y te busco, pronunciando tu nombre innegablemente hasta en balbuceos. quiero ser una ola, que vuelve a ti incansable, a ese trocito de arena que brilla para mí y me hace pensar que está ahí por mí, que está hecho para recibirme y yo estoy hecho para salarlo cada que nos conjugamos perfectamente bien.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión