Si te vacunaste con Pfizer o Moderna, deberías prestar atención: Microestructuras artificiales y daños celulares en estudio
Sep 9, 2024

En los últimos años, la discusión sobre los efectos de las vacunas contra el COVID-19, especialmente las basadas en tecnología de ARNm de Pfizer y Moderna, ha generado una enorme cantidad de investigaciones y debates. Recientemente, un estudio publicado por el Dr. Daniel Broudy y la Dra. Young Mi Lee ha sacudido el panorama científico, sugiriendo que los productos inyectables de estas vacunas podrían estar formando microestructuras artificiales que contribuyen al daño celular generalizado. Este estudio ha impulsado una revisión más profunda sobre los posibles efectos a largo plazo de las vacunas basadas en ARNm, con un enfoque en las estructuras que se forman en los organismos de los vacunados.
Microestructuras en las vacunas de ARNm: ¿qué dice la ciencia?
De acuerdo con el estudio titulado "Real-Time Self-Assembly of Stereomicroscopically Visible Artificial Constructions in Incubated Specimens of mRNA Products Mainly from Pfizer and Moderna", se observó la formación de estructuras autoensambladas dentro de las vacunas de ARNm bajo un microscopio estereoscópico. Estas estructuras incluyen filamentos, cadenas, espirales y tubos, algunas con características tridimensionales complejas. Según los investigadores, estos hallazgos sugieren la presencia de algún tipo de tecnología nanotecnológica en los productos inyectables.
Estas observaciones han sido catalogadas como excepcionales y preocupantes, ya que no solo se trata de una posible contaminación, sino de la progresiva autoformación de estas estructuras tras la incubación de las vacunas en un laboratorio. Si bien estas afirmaciones requieren más investigación y replicación, la hipótesis de que los productos de ARNm podrían estar relacionados con estos fenómenos ha sido suficiente para que muchos expertos pidan mayor vigilancia y estudios adicionales.
Daños celulares y coágulos: el impacto en la salud
El estudio también plantea inquietudes sobre los efectos en la salud de los vacunados. Se sugiere que estas microestructuras pueden estar contribuyendo a la formación de coágulos sanguíneos y a una mayor toxicidad celular, lo que podría reducir la esperanza de vida de las personas vacunadas. Aunque estas afirmaciones son graves y requieren más evidencia, se ha señalado la aparición de casos de trombosis, especialmente en individuos que han recibido vacunas de ARNm.
Se ha identificado una correlación entre la presencia de estas estructuras y daños celulares, aunque aún no se ha establecido una relación causal directa entre la vacunación y la aparición de coágulos o el daño celular generalizado en los individuos estudiados. Los científicos instan a que las personas vacunadas se sometan a chequeos médicos regulares para monitorear posibles efectos adversos.
Las implicaciones éticas y sociales del debate sobre las vacunas
Más allá de los hallazgos científicos, este debate ha reabierto viejas heridas sobre la ética y la gestión pública de la vacunación masiva. Durante la pandemia, aquellos que optaron por no vacunarse fueron etiquetados de manera peyorativa como "asesinos de abuelas" o "irresponsables", y enfrentaron una considerable presión social y laboral. Sin embargo, la creciente cantidad de estudios que cuestionan la seguridad de estas vacunas ha llevado a una reevaluación del discurso dominante.
Es fundamental recordar que los mensajes en medios de comunicación y redes sociales durante la pandemia fueron, en su mayoría, unificados y simplistas, sin tolerar el escepticismo o la crítica hacia las vacunas. Los que se opusieron a la narrativa predominante enfrentaron amenazas de exclusión social y pérdida de empleo, lo que ahora, a la luz de estos estudios emergentes, plantea serias preguntas sobre la libertad de expresión y la toma de decisiones informadas.
¿Qué debemos hacer ahora?
Dado lo delicado y controversial del tema, se recomienda que aquellos que se vacunaron con productos de Pfizer o Moderna consideren la posibilidad de realizarse chequeos médicos frecuentes y monitorear su salud cardiovascular, ya que, aunque las pruebas aún están en fase inicial, es prudente estar informado sobre estos potenciales riesgos.
En última instancia, la investigación científica en torno a las vacunas de ARNm sigue avanzando, y es crucial estar abiertos a nuevos descubrimientos sin caer en el pánico. Los resultados de estudios como el mencionado deben ser evaluados con rigor y reproducidos para obtener conclusiones definitivas.
Conclusión
El estudio de Broudy y Lee sugiere la posibilidad de la formación de microestructuras artificiales dentro de las vacunas de ARNm, lo que podría tener implicaciones en la salud de millones de personas. Si bien estas afirmaciones aún deben ser verificadas con estudios adicionales, el debate sobre la seguridad de las vacunas y las decisiones tomadas durante la pandemia sigue más vivo que nunca. Lo importante es mantenernos informados y seguir monitoreando nuestra salud en un contexto donde la ciencia continúa evolucionando.

Gustavo Freya
Estudio periodismo, pero me gusta escribir de cualquier cosa. Más que nada internacional. Leo mucho. Mi nombre es ficticio (o artístico)
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