Si te tuviera enfrente... si te tuviera,
te diría tantas cosas, tocaría esa curva de tus sienes,
sollozaría desconsolada en tu pecho.
Si te tuviera, probablemente no me saldrían palabras.
Enmudeceria la tormenta que se amontona en mi laringe
ante el hecho de respirar tu aire.
No me movería por temor a alejarte, y lloraría...
Luego lloraría, fuera de tu mirada, lejos de tu crítica.
Ahí, si te tuviera, olvidaría cómo sentir, llorar, hablar y ser persona
como pasó tantas veces antes.
Acá, lejos, sin tenerte enfrente es fácil escribirte palabras que jamás leerás.
Es fácil porque pienso, y si te tuviera enfrente, no podría pensar.
¿Que palabras mas eternas que las nunca dichas?
¿Qué promesa mas sincera que aquella que se conjura con cada célula en lugar de con la lengua?
Si te tuviera, como ya te tuve, no te reconocería.
Quizá no te amaría, como ya no te amé.
Me sentaría a esperar que vuelva al que amo, aquel enrulado.
Me abandonaría en la espera, y te disfrutaría a ratos.
Cuando volvieras, con tu tacto suave y tus livianos halagos.
Me ofenderia cuando me lo quitases. Y de tu boca, hermosos labios, saliera rencor y desprecio.
Le quitaria peso para seguir esperando.
Si te tuviera, viviría aletargada, nostálgica y resentida.
No sabría disimular mi amor por él y mi rechazo a vos.
-
Si te tuviera y viera
en tus ojos la rendición;
te pediría perdón.
-
Si te tuviera enfrente y fuéramos tan extraños
como conocidos,
apreciaría la corriente de tu nariz,
el hoyuelo derecho y solitario,
los ojos de asesino apuntando a través de mi soledad.
Me iría rápido, para no hacerte perder tiempo,
ni perderlo yo.
Pensaria en una versión tuya
que se sincronizó melodicamente con mis murgas,
y que, cual egoísta,
secuestré para siempre en mis adentros.
Pero es solo ahí donde se ve algún egoismo.
No conservé tu cuerpo vacío de vos mismo,
ni aprisione tus besos ni el calor de tu peso
hundido al otro lado del lecho.
Ni te seguí buscando o esperando.
Tampoco sentí celos de quien caminase a tu lado.
Porque vida, si te tuviese enfrente
pasaría por el costado.
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Irina
Ni ser ni esencia solo converso con lo invisible sobre la impermanencia de las cosas, a veces, en forma de prosa.
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