una vez, alguien tomó una foto mía
estaba desprevenido
todos rieron
era algo gracioso
espontáneo, dijeron
mirando esa fotografía,
viendo las formas de mis ojos,
mi ceño fruncido,
mi sonrisa en forma de u pero al revés,
mi cuerpo
ese día decidí que no debía ser visto
por nadie
ser un fantasma
convertirme en una aparición de vez en cuando
cada que me acuerdo de mi apariencia,
recuerdo que no debo ser amado,
ni visto, ni escuchado
mi apariencia invalida todo sentimiento
no soy digno
a mí no se me mata, no se me quita la vida,
porque ya soy quien me la arrebata
yo fui quien dió la orden
roto como un cristal
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