Non devo nulla alla Tocana.
Su alteza, en la conformidad de su cielo,
del oeste sereno, donde no sonda por mi sur,
su porvenir; su gratitud no airea mi pesar.
Accidenti, padre. Maledetto nel tuo nome.
Soy poseso de maldecir a tu horda,
tus querubines de orquesta.
No soy Pavarotti, maldito: soy luterano.
Ni Elías, ni Henoc, ni mi enfermo ancestro;
Ludovico, tu cordero perpetuado.
La esvástica en tu cielo, la cruz de tu hijo;
su imagen en mi cuello… y lo aprieto con filo.
Hago sangrar a tu creación —mi mano—
cuando a tu rosario aprieto: tu sortija.
Sí que eres mi padre: me has abandonado.
¿Valgo algo? Confieso estar en pecado.
Quiero tu altar de mármol; tus cigarrillos.
Sé que mueres conmigo cuando fumo;
tu imagen no es ópera si sangra mi pulso,
si estallan mis pulmones de humo.
No me permites ser sagrado en tu ley;
seré profano en templos que hiervan tu sed.
Si niegas mis cigarros, en pos de mi sonata;
si corroes mi maldición y premias mi persignación…
Si no puedo tener al hombre que amo,
padre mío: no seré tu cristiano,
ni tu apostólico romano.
Seré tu luterano.
Donde vea tus reglas, transgrediré tu muerte.
Fumaré hasta que sufras en mi lecho,
y me veas de la mano con mi hombre.

Luzzovico †
Ludovico Luzzolino (Vico) | Sacerdote (Personaje ficticio) | Heterónimo literario por Milagros G.
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