En cada vida, en cada historia, en cada amanecer de media noche, de algún modo, siempre nos encontramos. Como si el tiempo nos debiera algo. Como si el destino, aún caprichoso, insistiera en cruzarnos una y otra vez.
Recuerdo aquella vida donde tu rostro era cálido, y nuestro amor vivía como un secreto entre las sombras. O esa otra, donde te arrebataron de mis brazos antes de aprender a sostenerte. Cambian los rostros, cambian los nombres, pero el final, siempre es el mismo: nos separan.
Una vez te pregunté en qué vida nos tocaría quedarnos juntos. Y tú, con esa voz serena, dijiste: “Esta es la vida que nos toca.” Yo, ingenua, te creí.
Desde entonces camino sola, por las mismas calles donde te amé, buscando en cada rincón unos ojos, una risa o un gesto que me den esperanza de verte una próxima vez.
¿Quién serás en ese tiempo? ¿Volverás con los mismos ojos?
Porque si otra vez vas a irte prefiero no hallarte porque prefiero mil veces, no volver a perderte.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión