Quiero
que me sepulten en ti
que tu cuerpo
sea mi féretro
un ataúd
de carne
amor
y deseo
un sepulcro
donde mi sombra
se funda con la tuya
donde mi aliento
agonice en tu boca
y mis manos tiemblen
como hojas vencidas
por el otoño
como raíces
en tierra húmeda
como si fuera posible
(morir)
y seguir respirando
en tu aliento.
Quiero quedarme ahí
quieta
inmutable
como si la eternidad
solo pudiera existir
en tu pecho.
Que nadie
me arranque de ti
que nadie
intente revivirme
que nadie
pronuncie mi nombre
si no es
para llamarme tuya.
Quiero
quedarme ahí
encerrada en la certeza
de que ninguna tormenta
ningún dios caprichoso
ninguna ley del tiempo
me exhumará de tu pecho.
Quiero
ser la muerte más dulce
y el amor más feroz
quiero hundirme
en lo más profundo
de tu corazón
más allá
del ruido del mundo
más allá
de la luz hiriente del sol
lejos de la vida
pero no
lejos de la mía
(no lejos de ti)
porque mi única morada
es el abismo
de tu piel.
Porque la única vida
que quiero
es la que late
en tu sangre
la que arde
en tu mirada
la que quema
en tu boca
cuando pronuncias mi nombre
como si fuera
la última palabra
antes de que el mundo
se derrumbe.
Déjame
estar sepultada
en lo más profundo
de ti
en las grietas de tu alma
en el abismo de tu pecho
allí
donde el amor
y la muerte
son lo mismo
donde el deseo
es un incendio
que nunca
se apaga.
Quiero morir
dentro de ti
sepultada en tu abrazo
presa de tu amor
prisionera de un beso
que nunca termina
de una herida
que nunca cierra.
Que me entierren ahí
donde solo existimos
tú y yo
Ámarte
como si fuera pecado
bésarte
como si la muerte
nos mirara
átarme a ti
con la cadena invisible
de tu voz
de tus manos
de tu miedo
y deja
que me pudra
en tu amor
que mi carne
se disuelva en tu piel
que mi último aliento
sea un suspiro
de tu boca.
donde ni la muerte
se atreva a entrar
donde mi corazón
pueda dejar de latir
pero seguir amándote.
Siempre
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