Oh ángel en cubierto, hecho de carne y hueso, mas demasiado puro para ser cierto. Me pareció verte a la lejanía, allí escondido entre briznas. Parado sobre el río, tapado de luz, cubierto por un velo claro. Con mariposas bailando alrededor de todos tus colores, el reflejo del caudal iluminando cada una de tus facciones.
Me pareció, tal vez, haberme encontrado con tu mirada. Lo sentí en todo el cuerpo, lo sentí cuando el mundo entero nos dejó a solas entre el silencio, lo sentí en el fuerte palpitar de mi pecho.
Desde aquí te admiro sin pestañear. Memorizo cada detalle de este encuentro momentáneo que se me escapa de entre las manos. Lo atesoro cual flor de cristal. Lo grabo en mi mente, ángel, de la que nunca desapareces. Ahí vives para siempre.
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