16 de Abril de 2018
Querido diario:
¿Cómo definiría adolescencia? etapa donde miles de cambios y sensaciones aparecen.
Es un Tsunami de lágrimas cristalinas, huracanes inmensos de sentimientos y emociones, y sentimos el más oscuro y profundo agujero negro en nuestra alma y corazón. Así de confusa es nuestra vida.
A pesar de mi corta edad, he vivido y sobrevivido a miles de situaciones, poco agradables para mi mente. Todavía no entiendo como, estando al borde del abismo, seguí adelante, teniendo el peso de la vida, la depresión, el dolor y el sufrimiento sobre mis hombros, impidiéndome dar un paso al frente sin caerme rendida.
Cabe aclarar, que mis padres eran ajenos a toda aquella situación, de lo contrario, también tendría las preguntas incesantes de ellos.
Ya que me guardo mis cosas y las escribo aquí, es un secreto más que asegurado; son como aves encerradas en una pequeña jaula; no saldrán a menos que permitas que lo hagan.
Día 1:
Descubrí muy sorprendida a mamá leyendo mi diario. No se como lo encontró, pero por alguna cuestión se desesperó muchísimo y le contó a papá. La noté pálida, asustada, sin poder mantenerse en pié, sus ojos color café mostraban un grito ahogado y desesperado que quería salir desde lo más profundo de su alma.
Le pregunté porque estaba así, pero no cruzó palabra conmigo. Tomé mi diario y me marché a mi habitación. Escondí aquellos secretos bajo los veinte centímetros de altura de ese viejo pero cálido colchón.
Espero que en la cena, no hablemos del tema.
Día 2:
Mamá sigue sin hablarme y se que la razón tiene que ver con lo que leyó ayer.
Mi diario es el reflejo de mi vida, escupo tinta formando palabras punzantes como una espada. Así me expreso, me libero de toda la tristeza que vive y se apodera de mí. Atravesé situaciones del que mi diario es el único testigo, cómplice de mi dolor y agonía.
Las veces que llegaba a casa, derramando lágrimas imparables, era por las golpizas y burlas que recibía en la escuela, era tan constante e inaguantable que deseaba morir. A los ojos de los adultos, una joven, como yo, no "sufre", no " sabe",no "entiende", no " siente", no "odia", ni pasa malas situaciones, pero nunca entenderán que lo que para ellos es una estrella incrustada, para nosotros es un mundo.
Día 3:
Nuevamente, mi madre encontró mi diario, no comprendo como llegó a la habitación. Volvió su pánico y sigo sin poder comunicarme con ella.
La vi tirando al piso de mi cuarto, la recolección y expresión de palabras más significativas de mi vida. Luego cerró la puerta con llave y empezó a contarle todo a mi padre. Ambos entraron en un mar, un llanto profundo, depresivo y desesperado en el que buscaban respuestas a sus preguntas imposibles.
Cambiando de tema, me acordé del día en el que la rebeldía que llevaba dentro había salido a la luz. Fue una tarde soleada, faltaban pocas horas para oscurecer; mis amigas querían ir al parque con sus amigos, que desde mi punto de vista, no eran buena influencia, ya que bebían y consumían drogas. No iban conmigo, no eran ni de mi tipo, ni de mis gustos. De todas formas, decidí acompañarlas, y seguiría mi camino a casa. Cosa que no sucedió, por una cosa u otra, terminé bebiendo, siendo incapaz de moverme, de hablar, a tal punto de desmayarme y no saber que pasó luego. Grave error. La policía fueron quienes me llevaron a casa, contándoles a mis padres lo que había ocurrido. Su reacción fue muy diferente a lo que esperaba, sólo se miraban, negaban que eso hubiese pasado, lloraban desgarradamente y se resistían a creer que era yo.
Desde entonces, todo cambió, solo han pasado cuatro días, y creo que mis secretos también son las causas.
Hay cosas que no comprendo, como porqué mi madre se aterroriza al ver cosas nuevas en mi diario, o porqué llora todas las noches, no me habla, pero la oigo decir que me extraña. Solo se que quiero que todo esto, se solucione para poder volver a mi vida anterior.
Más tarde...:
Creo que encontré la explicación a todo. Mi familia está en casa, lloran de una manera que les cuesta hasta respirar, mis fotos están colocadas en cada pared de la habitación. Las flores son hermosas, pero se van marchitando en cada segundo que pasa, están perdiendo el blanco color de sus pétalos, y el verde lleno de vida de sus hojas y tallo, se va desvaneciendo.
Mi diario está arriba de la mesita de café y nadie se atreve ni siquiera a mirarlo. A lo lejos, veo a mis padres, arrodillados, agonizando, llenos de dolor; oía sus latidos, acelerados y continuos, como si les fuera a estallar el corazón. A su lado, vi pura palidez, inmóvil, y tan extraño que se me cortaba la respiración de solo pensarlo. Allí comprendí todo. Me había marchado, realmente no era mi "yo" quien escribía el diario, ni quien dormía o habitaba la casa, era mi alma, la que no pudo gritar todo aquello que quedaba marcado en un fino trazo de tinta sobre papel.

Zoe Yotoff
Tengo 21 años. Escribo desde los 11,presentando mis obras en cada oportunidad que se presente. Busco e intento crear escritos que lleguen a lo más profundo de quien lo lee 🖤
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