Se escucha un ruido, una puerta que se abre.
La ilusión volvió a entrar.
Al parecer, la maldita tiene la llave.
—¡No, corazón! ¡No lo permitas, otra vez no, por favor!
¿No recuerdas la última vez? ¿No recuerdas las suturas?
¿Las noches sin dormir? ¿Los ojos secos de llorar?
¿Cuántas más serán necesarias?
♥ —¡No lo sé! ¿Prefieres quedarte con la duda?
—¿Nos arriesgamos de nuevo? ¿Esta vez seremos más precavidos, por lo menos?
♥ —Eso lo decides tú, yo solo siento que esta vez lo lograremos.
—¿Estás seguro?
♥ —Muy seguro.
—Confío en ti.
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