Un poco de incertidumbre por la mañana, como no recordar donde están las llaves o cerciorarse si todos los electrodomésticos quedaron desenchufados por la noche. A media tarde derramar el café sobre el traje, estornudar sin pañuelo, mirar de forma imprudente a tu jefe. Por la noche, olvidar comprar comida, perder la visita del técnico, quedar a oscuras. En la madrugada toser un pulmón, guardarlo en tu colección de fósiles, escuchar la luna, especializarse en accidentología de la India; clasificarlos en origen físico, mecánico o ambiental, para enviar al día siguiente una carta al alcalde de Bhopal. Resolver los misterios del siglo XIX, echar raíces tuberosas, abrir la tierra y renacer al fin.
Imagen de Pexels. Propiedad de Sofía Marquet

Verónica Abir
Solo lo intento cada día, como respirar. Ves tus ruinas como son, libres de la ilusión, las expectativas (...) de modo que por fin puedes empezar a contar las tuyas. BELMAR, Issac
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