Lamento entregarte la llave del
rosedal que florecía en mi pecho
Ahora se marchita,
siendo consumido por las termitas.
Las palabras fueron llevadas por el aire,
aquellas que tanto me forzaba por creer.
Mi mente quiso pensar,
pensar de más,
imaginar de más.
Quería creer que podría vivir el
amor en carne propia,
sentir las manos entrelazadas
y la manera en la que un corazón
podía sentirse al ver a otro.
Ahora estoy parada en una arena
resbaladiza que desconozco.
Estoy atrapada entre muros que
no alcanzo mientras mis uñas
se quiebran en el intento de llegar
a tu pecho.
Dejo las mariposas volar libres,
ya no queda amor que las alimente
o pasión que las sacie.
Ya no tengo nada dentro de mí,
como si el pedazo podrido que
dejaste caer entre palabras rotas,
pudo hundirse en el fondo de mi cuerpo.
Rayo de sol,
¿dónde estás ahora?
No obtengo ni una pequeña
porción de tu luz,
y me aterra sentir tu mano resbaladiza.
Por favor,
no te rindas ahora que estábamos tan
cerca de florecer toda esperanza.
No huyas.
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecitoRecomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión