Romanticismo fuera de contexto

En este momento de plena reflexión, configuro mis formas de vinculación con otros seres humanos. Yo creía que el romanticismo era exclusivo de las relaciones sexoafectivas, que era exclusivo en los seres que sentían atracciones tanto en el plano físico como en el espiritual, programado desde un viejo mundo, se ve que estuve equivocado… El amor romántico, me trae una imagen de Romeo y Julieta, donde dos personas que se aman no pueden estar juntos por el contexto que les dificulta estar juntos pero que aun así, harán todas las formas románticas habidas (hasta incluso suicidarse por el otro) para poder concretar ese amor. Pero que boludos Romeo y Julieta. Y que boludos los que creíamos que el romanticismo era propio de las relaciones sexoafectivas no más. Yo no sabía que podía ser romántico en otros lugares, con otras personas, con amigos o familia, creía que tenía que guardar todo mi romanticismo a mi pareja, porque así me enseñaron en la televisión, en mi casa o tal vez no me lo enseñaron adrede, sino que lo aprendí así. Pero creyendo eso me estaba perdiendo todo un espectro del amor romántico que no tenía ni idea que existía o que sí, pero que me resultaba confuso porque ante todo uno es humano, animal y sí ando de buen humor, sexual. En toda esta reflexión, he aprendido que uno puede ser romántico con sus amigos, pueden escribirse poemas, cantarse canciones, hacerse regalos cuando el resto no está festejando nada, hacerle una caricia, hasta incluso llegar a un beso o coger, sin tener que llevar ese sentimiento a extremos que implique ser “el amor de mi vida”, es por eso que creo que junto al romanticismo, el lenguaje y la comunicación y poder marcar los límites que uno puede soportar son claves para tener relaciones sanas, llenas de amor romántico. Siento que nos enseñaron que el romanticismo era exclusivo para las parejas sexoafectivas y nos olvidamos, que podemos ser románticos, en todo aquello que nos despierte amor y ternura.