Te conocí
en mi peor momento,
entre tus brazos permanecí,
tu calor me daba aliento.
Los imprevistos te molestaban,
así aprendimos a mantener rutinas,
y romperlas borraban
todo el amor de tus pupilas.
Al principio todo fue paz,
me ayudarás a formular planes,
algunos que me daban miedo quizás,
y se me pegaban como imanes.
No te gustaba la ropa nueva
y no permitias comprarla,
aún si mi camisa casi un trapo fuera,
-"No conviene cambiarla"
"La que ya tienes te queda mejor
¿para qué probar algo diferente
cuando puede quedarte peor? "
decías cada vez mas indiferente.
Me prohibiste cambiar
y repetir la misma vida era cansador
ya no podía confiar
en encontrar un lugar sin dolor.
Acepté vivir en tu apartamento,
tus amigos siempre te acompañaban,
mi animo te lo llevabas junto al viento,
la lluvia afuera siempre inundaba.
Tener todo pensado no estaba mal,
pero a veces era asfixiante,
mientras tu tirabas cal
sobre mi cuerpo brillante.
Intente escapar de tu cárcel,
pero me producía angustia abandonarte,
como prisionero de tu actitud cruel,
aún así no podía odiarte.
Siempre fuiste la luz
alumbrando mi oscuridad,
ahora encargada de mantenerme en tu Cruz,
aunque seguía creyendo inventó tu maldad.
Después de mucho tiempo
tome el valor para enfrentarte,
de un partido, el entretiempo,
para poder penalizarte.
Cuando me fui
sentía la necesidad de volver,
a ese círculo vicioso del que salí,
que ahora al fin podía ver.
Pienso de verdad
como pude tener un romance
con mi ansiedad.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión