Me miro al espejo y el reflejo que devuelve la luz es una sombra cansada, esa que susurra en silencio que ya no quiere existir.
Un amor me abrió el alma, me dejó desnuda ante el mundo, y en sus manos temblorosas se llevó también el sueño de querer seguir aquí.
Ahora que se fue, me quedé sola en mi amargura, abrazando a un fantasma que nunca me amó. Amo un recuerdo roto, la primera vez que vi sus ojos, pero ahora, nisiquiera los reconozco.
Si tan solo todo hubiera sido diferente, si tan solo hubiéramos aprendido a amar,quizá nuestra historia sería otra, pero no lo fue.
Y hoy lo único que queda es este silencio duro, esta verdad amarga: yo te seguiré esperando, mientras tú ya no estás.
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