Rezo por vos.
“Yo te llamé, grité, lloré afligido,
te di mil voces;
llamé y no abriste,
no abriste a mi agonía;
aquí, Señor, me quedo.”
— Miguel de Unamuno, Salmo I
Me arrodillé ante un dios que no conocía
sin tener claro qué tan merecedor de mi fé era
sin creer en él
sino creyendo en vos
rogándole a su figura que agarré mi cuerpo y lo vuelva a dejar en el pasado
en eso que está atrás, que ahora no puedo ver con claridad y que ya nunca más voy a poder mirar
rogándole a su figura que me permita destruir el tejido de las nornas, que me permita transformarlo
ilusa, entendí después
yo no sabía si el dios con el que hablaba iba a estar de acuerdo con que nombré a las nornas, con que crea en ellas
[pero mi verdad es que en ese momento no creía ni en aquel al que le imploraba, no creía ni pensaba]
ilusa, entendí después
porque recordé
que yo sé
que ningún dios tiene el poder de controlar o modificar lo que ya está escrito para el mundo terrenal
pedirles un milagro como viajar en el tiempo no es algo que esté dentro de sus posibilidades
porque si el que está pidiendo cambia algo,
porque si la paradoja temporal y coso,
porque las nornas le recordarían:
sos dios, no más que eso,
no podes meterte acá,
no-podes
qué pensaba el dios que tenía enfrente?
no lo sé,
no lo pensé en medio de un escenario nebuloso dramático real onírico doloroso donde las palabras no alcanzaban a terminarse en la desesperación absoluta y ensordecedora de pedirle que vu...
戻ってください 》》》
hoy puedo parar a pensar
qué pensaba el dios que tenía enfrente?
nornas nornas no sé no sé
creo que es difícil diferenciar cuál dios puede sentirse débil
y consecuentemente intimidado
ante la imposibilidad de intervenir el tejido de tres deidades femeninas que hacen el destino de cada uno de nosotros
y cuál no
cuál sentirse débil, porque lo es, y asumirlo como
lo que toca toca, la suerte es loca; su lógica
dependiendo qué dios
¿o no? O no
me arrodillé ante un dios que no conocía
y rogué igual,
supliqué arrodillada y con las manos apretadas
que me indique el camino hasta las raíces del Yggdrasil, hasta el árbol del mundo
el camino que me derive a Urd, aquella cuyo nombre significa lo que ha ocurrido
y así explicarle
que algo está mal, que se ha cometido una horripilante equivocación
que no-era-ese el final
que se cayeron mundos enteros de personas únicas
desastres naturales donde,
a partir de un minuto en específico en adelante,
en el que -repito- se ha cometido una horripilante equivocación,
comenzaron a generarse grietas en la tierra a causa de miles
miles
de sismos que se produjeron al mismo tiempo
y más tarde la erupción de otros tantos volcanes
y más tarde la destrucción de ciudades que eran personas
que sufrieron tsunamis
y además remolinos
y también tornados
explicarle que mi cuerpo sufrió un incendio forestal
que mi pecho ardió ferozmente
y que en el medio de esas llamas
no podía dejar de ver tu cara,
tus pecas, tu sonrisa radiante
que el fuego fue esparciéndose como un tumor maligno por toda mi piel
que el dolor de las quemaduras, ni aun hoy, cesa
ni aun hoy Urd
es necesario que te retractes
porque llegué hasta acá, porque pasé por un dios, porque ningún dolor me trajo nunca acá
y sólo de rehusarse la mataría, sólo de querer replicar mi explicación
no es con el lenguaje que te puedo recuperar
sino con los hechos que puedan remediar esté desastre
se ha producido un desastre
y no quiero entender
una bajada de filosofía
un dios una norna
en todo caso, solamente creería en vos
pero para eso necesito
traerte acá de vuelta
acá
conmigo
abrigarte con mi cuerpo
entenderte con el alma
besarte con el dolor que nos unía
traerte acá conmigo.
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