Reservé cama en el Borda para dos

Te reservé la cama al lado mío,
un colchón que huele a miedo y hospital,
las paredes pintadas de rojo umbral
y un cielo raso torcido y sombrío.

La enfermera nos mira con desvarío,
dice que el amor es un mal terminal,
que un beso aquí siempre sabe a metal
y el futuro es pastilla y desvarío.

Nos amamos atados, entre delirios,
los gritos del pasillo son letanías,
los relojes no miden los martirios.

Y aun así te juro que, si algún día
cierra el Borda sus puertas a los delirios,
robaré otra celda para tu compañía.