Por tanto, es un error considerar a quien escribe sobre su vida como a un exhibicionista, porque este último sólo tiene un deseo: mostrarse y ser visto en el mismo instante.
Creo que es la frase que encierra lo que para mí significó esta lectura: la narración dolorosamente emocional desde la perspectiva de una mujer que es la amante de un hombre casado, que no busca el juicio del mundo, sino mas bien, canalizar esa pasión, esas emociones, sensaciones y pensamientos por medio de la escritura.
Para empezar, aplaudo mucho a la autora por en tan pocas páginas, hacerme sentir debajo de la piel de la protagonista. Cada detalle dentro de la obra estuvo tan bien descrito. Eran detalles que sólo una persona que ha pasado por situaciones y emociones tan complejas, podría saber transmitir, es más, si la autora no pasó exactamente por esa experiencia, me atrevería a decir lo valiente que considero que fue, al adentrarse profundamente en esa amalgama de sentimientos para poder plasmarlos en su obra y hacer que el lector los sintiera como propios.
La protagonista, una mujer adulta y divorciada, con hijos lo suficientemente mayores para no tener que preocuparse por ellos, lleva una vida solitaria y monótona, hasta que conoce a "A.", un hombre extranjero, casado y con familia, del cual cae perdidamente enamorada, y sumida en una profunda pasión por él, sacándola del aburrimiento de su día a día.
Voy a explayar lo que mencioné anteriormente (ya que siento que es donde recae el centro del libro): esta obra no se trata de que el lector juzgue de si está bien o mal que ella tenga encuentros amorosos con un hombre casado, porque sabemos que éticamente no es correcto. Se trata puramente de la narración del panorama de la protagonista: de sus esperas; de su ansiedad a que A. la abandonara y la dejara de lado; de esos encuentros que para ella significaban todo su mundo, pero que para él era un momento más del montón; de que ella lo mencionara como "A." por sentir que no tenía el poder de llamarlo con su propio nombre; de estar consciente de que ella para él no significaba más que una mujer con quien pasar el rato y de negarse a esa realidad; de que ella estuviera atenta a cada pequeño gesto u acción de él para pasar a romantizarlo todo el tiempo hasta que quedaran en verse de nuevo; en la contradictoria culpabilidad y satisfacción de ella en saber que era "la otra"; en que sus rutinas y su vida prácticamente giraran en torno a si él la llamaba o no, si la iba a ver o no, hasta el punto de olvidarse de su personalidad, esencia y de todo su entorno; a que ella en el fondo supiera que él no era y nunca sería suyo; a que ella supiera que él la tenía en la palma de su mano, pero, aun así, no poder dejarlo.
A partir del mes de septiembre del año pasado, no hice otra cosa que esperar a un hombre: que me llamara y que viniera a verme.
De las cosas que acabo de mencionar, cualquier persona alguna vez en su vida pudo haberlas experimentado, y sin necesariamente estar en la posición de la protagonista, lo que hace que, naturalmente, el lector empatice (tal vez no con la protagonista, ni con sus decisiones, pero sí con sus emociones). Cabe aclarar que en ningún momento sentí que la autora justificara o romantizara la situación, mas bien, sentí que utilizó el contexto como un medio para describir un profundo sentir.
Sin duda es un libro que recordaré. Espero leer más de la autora próximamente contando con su sensibilidad para captar la emotividad de las cosas, y el poder que tiene para conectar con los lectores expresando dicha emotividad.
P. D.: Si pudiera escoger una canción que represente y describa en pocas palabras la situación de la protagonista sería "August" de Taylor Swift.
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