El mundo entero ha oído hablar de la Revolución Francesa, pero pocos están familiarizados con los levantamientos armados de principio del siglo XIX, principalmente en Paris. Contrariamente a la creencia popular, esta extensa epopeya que se centra en los marginados sociales de aquella Francia es, a la vez, un homenaje a la cultura francesa y un compendio de observaciones atemporales sobre la naturaleza humana.
Los Miserables no trata, en realidad, de la Revolución Francesa de 1789-1794, sino de las secuelas de este evento que sacudió al mundo y de la difícil transición de la monarquía a la democracia. Pues, Víctor Hugo construye la historia como un retrato de esa época, proponiendo personajes y contextos realistas a través de los cuales se pueden percibir casi una denuncia respecto de la injusticia social imperante en aquel momento.
Por ello, es importante recalcar que uno de los temas principales es Francia, no sólo como país sino como reflejo de una cultura y símbolo de un cambio en la concepción política europea de principio del siglo XIX. Hugo caracteriza a Francia como un país revestido de gloria y exhibe en varios pasajes cómo su historia retribuyó a repensar la organización política del Occidente; pero al mismo tiempo también pone en relieve el costado más oscuro y terrible de esa Francia como la injusticia social, la pobreza y el desempleo. La novela hace frecuentes referencias a personajes y acontecimientos históricos franceses como, por ejemplo, la batalla de Waterloo que, de hecho, el autor incluye un capitulo completo sobre los eventos y la importancia de Waterloo en la historia de Francia, puesto que en dicha batalla estaba en juego el futuro del imperio francés construido por Napoleón.
Como así también los hechos de la novela están teñidos por el panorama sociopolítico francés de la época, uno de ellos es el sufrimiento de los pobres puesto que se encuentra a lo largo de toda la novela, si bien el autor pone énfasis en la dignidad de los pobres también describe su sufrimiento con gran detalle. Epopina, por ejemplo, es pobre no por sus propias acciones, sino porque sus padres han sumido a la familia a la pobreza a raíz de acciones egoístas. Aun así, sufre terriblemente: aunque solo tiene dieciséis años ha perdido varios dientes, usa ropa demasiado liviana y andrajosa, incluso cuando el clima se vuelve insoportablemente frio. El señor Mabeuf, por su parte, ni siquiera puede comprar comida suficiente para él y su sirviente y subsiste con solo un huevo al día. Jean Valjean, es un ex convicto; Mario y la Sociedad ABC son estudiantes pobres; y tanto Fantine como la niña Cosette viven en la más extrema pobreza.
Sin embargo, la novela sugiere que incluso los más empobrecidos e ignorados no pierden su dignidad: a pesar de que se ve obligada a prostituirse, Fantine, conserva su dignidad ya que todo lo que hace lo hace por su hija; asimismo, también es el estado de pobreza de Mario aquello que lo impulsa a consolidar su bondad moral.
Incluso, el señor Mabeuf, que se enfrenta a una pobreza espantosa mantiene su humanidad, pues su situación finalmente lo lleva a tomar una última posición en las barricadas inspirando a los demás revolucionarios.
Es a través del recorrido por las diferentes historias de vida de los personajes que el autor ofrece una critica poderosa de una sociedad que permiten que las personas queden en el olvido, donde su única opción es recurrir a una vida de delincuencia para sobrevivir. Pensemos en la exclusión de Valjean debido a su condición de ex convicto y en los hechos de Fantine para mantenerse de manera honesta. Pero también, es a pesar de ello en donde es posible, a pesar de estas fuerzas sociales, pensar en una vida de bondad y caridad.
Y es en esta línea en donde entra en juego la idea de progreso, incluido el progreso con la moral, y los aspectos políticos y espirituales con la sociedad. En el transcurso de la novela se enfatiza el progreso político del momento, que es, en parte, por lo que se destaca el levantamiento de 1830.
“Querían (…) el progreso, lo reclamaban terriblemente, medios desnudos, con la maza en la mano y el rugido en la boca. Eran los salvajes de la civilización. (…) si nos viéramos obligados a elegir entre bárbaros de la civilización y los civilizados de la barbarie, escogeríamos a los bárbaros.”
-Narrador, Cuarta Parte, Libro I, p.541.
Esta cita describe la sensación de malestar del publico en general ante los sucesos de esa época. Las personas quieren el progreso; quieren poner fin a la pobreza y al sufrimiento, y están dispuestas a recurrir a medios violentos para conseguirlo. Cabe destacar, que la narrativa no se muestra explícitamente a favor de la acción violenta para alcanzar ese ansiado progreso, pero tampoco la condena. Los repentinos levantamientos de violencia al servicio de la revolución se consideran preferibles al lento ardor de violencia que es necesario para mantener el status quo. Esta cita enfatiza el rol protagónico que tiene la idea de progreso en la novela: ese movimiento hacia una mayor actualización humana, la disminución de la pobreza y más poder para el pueblo.
Al mismo tiempo, dicha cita ofrece un ejemplo del uso que hace Víctor Hugo del “nosotros”, una estrategia muy efectiva para generar una sensación de mayor realismo respecto de lo que se cuenta. El lector se siente interpelado por ese “nosotros”, se siente parte de la narración, y eso produce un sentimiento de complicidad absoluta no solo con el narrador, sino también con sus ideas.
Por otra parte, Los Miserables ofrece unan serie de lecciones morales que se ponen en relieve a través de las decisiones de los personajes, cuando se identifica erróneamente a Champmathieu como Jean Valjean, el verdadero Valjean decide intervenir. Aunque esto signifique volver a la cárcel, Valjean no puede vivir consigo mismo si permite que un hombre inocente vaya cárcel en su lugar. Pero, la verdadera prueba de moralidad en la narrativa es la que se hace con la desesperación y la pérdida, y cómo se maneja el egoísmo. Epopina cede a su deseo egoísta de poseer a Mario; Thenadier, en cambio, da rienda suelta a su egoísmo, mintiendo y engañando todo lo que pueda. Valjean afronta la gran prueba de su brújula moral cuando se da cuenta de que Cosette está enamorada y podría dejarlo, si bien él ha sufrido demasiados tormentos en su vida este lo considera uno de los peores ya que es difícil asimilar cuando el amor de uno se divide entre varias personas puesto que en toda su vida sólo ha tenido a Cosette para amar, todo su afecto se concentra en ella.
Con frecuencia podemos ver que la evolución de la historia de un personaje se altera a partir de la interacción con otro enfatizando en la importancia de las segundas oportunidades en la narrativa: para crecer, los personajes deben corregir los errores que cometieron la primera vez y la resultante de esa alteración contribuye a dotar de dramatismo la novela.
De esta forma Los Miserables retrata con precisión y sinceridad la injusticia social en Francia durante la primera mitad del siglo XIX; además, pone en discusión ciertos valores tradicionales de la época como la religión y las instituciones, al mismo tiempo plantea dilemas filosóficos respecto del concepto de justicia y de integridad moral; también reflexiona permanentemente sobre la pobreza material y la pobreza de espíritu de las personas, y enaltece al amor como ese sentimiento puro y redentor al que todos deberíamos aspirar. En síntesis, es una obra generosa, potente y eterna.

Micaela
Soy Diseñadora Gráfica y futura profesora en Letras. Crecí rodeada de libros. Escritora de novelas románticas juveniles. El romance y el drama me definen.
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