Reseña "El gato que amaba los libros" de Sosuke Natsukawa.
Feb 24, 2025

Un lector vive mil vidas antes de morir, el que no lee, sólo vive una.
- George R. K. Martin
Para ser honesta tenía las expectativas un poco altas, tanto por las reseñas que leí, como por la sinopsis y en sí todo lo que se ve por fuera, por aquello, es que estoy un poco decepcionada.
Rintaro, un joven que ama leer, vive con su abuelo, quien, como negocio familiar, maneja una librería de segunda mano: La librería Natsuki. Una vez su abuelo fallece, Rintaro se encierra aún más en su caparazón, pensando también en cerrar la librería. Eso hasta que llega un gato atigrado que cambia toda su perspectiva.
"Los libros tienen alma. Si los libros no se mueven de donde están no son sino fajos de papeles. Incluso las obras maestras más potentes, y también las grandes obras que narran historias maravillosas, son meros papeles unidos si no se abren. Pero si las personas les prodigan atención y los tratan con respeto, acaban teniendo alma."
Es una obra que habla del amor profundo hacia los libros, y de cómo estos van más allá de ser sólo un objeto. Realmente disfruto de las lecturas que tienen como centro mostrar el amor a la lecura misma, porque es algo con lo que me siento muy identificada, y muchas veces aprendo de las nuevas perspectivas que me proporcionan estas obras. Este fue el punto que más me atrapó y por el que estaba más emocionada por este libro: el mensaje.
Con cada laberinto y oponente al que Rintaro se enfrenta, el autor hace llegar de forma muy clara e interesante su mensaje, el cual también, no sólo se limita al contexto de los libros, sino que, sacándolo de lo fantasioso, refleja por medio de la metáfora, cotidianidades de la sociedad y de la comunidad lectora lanzando una crítica constructiva para la misma.
Por ejemplo, en el primer laberinto: se hace referencia a cuando, por querer encajar con las pretenciones de la comunidad, los lectores caemos en "cantidad antes que calidad", anhelando más las alabanzas de los demás ligadas a cuánto hemos leído en un periodo corto de tiempo, o el increíble intelecto que se tiene por cuántos libros hemos leído. Y es cierto que dentro existe un poco de satisfacción cuando nos jactamos de ello, pero realmente lo que vale es la calidad de la lectura, el que se disfrute el proceso. También, este laberinto toca el tema de los diferentes gustos que tenemos respecto a cómo queremos mantener nuestros libros, ya que, siempre está el dilema de "es un crímen marcarlos" y "es un crimen mantenerlos pulcros". Y la resolución que da a entender el libro en este punto es que, así como en las relaciones que mantenemos con las demás personas, existen muchos lenguajes del amor variados, esto también aplica para los libros, hay tantas formas de demostrar nuestro amor hacia ellos, y eso hay que respetarlo y tolerarlo.
"Leer no es tan solo disfrutar y emocionarse. En ocasiones hay que ir línea a línea, releer repetidas veces las mismas frases, y avanzar despacio y con esfuerzo para comprender lo escrito."
Si bien cada lector tiene un ritmo diferente de lectura, en el segundo laberinto, se nos plantean las consecuencias de leer sólo por leer, o de leer tan rápido que al final se siente como no haber leído nada. Viene un poco ligado a los puntos anterioirmente mencionados en el primer laberinto, pero desde un ángulo diferente, sobre todo porque también se toca el punto de la relectura.
En este el mensaje se extiende a la sensación de que al desmenusar de forma pausada y dedicada los libros, se puede llegar al deleite de interpretar de forma correcta y acertada a lo que se nos quiere comunicar. Un detalle del que muchos nos olvidamos. Y de nuevo, sacándolo del contexto de los libros, puede ser una representación a mantenerse presente y conectado con nuestro ahora, viviéndolo a nuestro ritmo.
Por otro lado, un aspecto que no me gustó del todo, fue el hecho de que se hiciera alusión a que sólo para ser considerado "un verdadero lector" se tengan que leer libros clásicos, y si no se los lee en su mayoria, no se estima como un lector culto o "de verdad". Cada quien lee lo que más le guste, es por eso que existen tantas historias diversas, y eso no hace a nadie menos lector.
"Los libros son artículos de consumo. Mi trabajo consiste en pensar la manera más eficaz para que la sociedad los adquiera."
Me pareció muy interesante la crítica que el autor hace en el tecer laberinto. A día de hoy, a muchas editoriales no les interesa la calidad del contenido de los libros que van a publicar, simplemente los venden porque saben que se van a vender bien. Esto es algo que poco a poco va generando cada vez más conflicto, porque hay mensajes dañinos y perjudiciales para los lectores, y aún si lo saben, por el simple hecho de que van a generar ganancias, los publican igual. ¿A qué me refiero con "mensajes dañinos"? A los libros que cargan consigo historias donde se romantiza o normaliza la violencia, el abuso, las relaciones tóxicas, entre muchos otros temas delicados que no son manejados de la mejor forma, y sin embargo, son demasiado reconocidos y hay editoriales que ni siquiera se fijan en si están bien manejados o no los temas tratados, o mínimo dar las advertencias en las primeras páginas. Esta es un falta de calidad, tanto para las masas que lo consumen, como para la reputación de las editoriales.
Hacia el final, en el último laberinto, me gustó mucho que el autor pusiera en cuestionamiento al protagonista con sus propios ideales y convicciones. Demostrando que la trama no está siempre de su lado y no dándole la verdad absoluta a su personaje. Me ha pasado que en algunos libros me gustan mucho más los mensajes que se quieren transmitir, que los personajes, pero nunca lo he sentido tanto como con este.
Tuve un conflicto muy grande con los personajes. Quitando un poco a Rintaro, sentí que todos los demás fueron demasiado planos. Su única construcción se basaba en estereotipos: El protagonista tímido y asocial, el chico popular y deportista un tanto presumido, y la chica el interés romántico siendo la contraparte del protagonista, y una motivación para él. Y los demás, fundamentaban en descripciones y características muy banales.
De Tora, el gato, esperaba más. Al ser prácticamente el título del libro y estar en la portada, pensé que iba a tener un poco más de protagonismo, pero se limitó a ser el guía de Rintaro, cuando se podía hacer mucho más con él.
Para concluir, es una buena introducción a la literatura japonesa. Fácil de seguir y rápido de leer, sin muchas complejidades (más allá de las 60 palabras nuevas que descubrí).
Es una historia entrañable, por y para un lector empedernido por el amor a los libros. A pesar de que el autor emite sus opiniones indirectamente en las páginas hacia la comunidad lectora, lo importante es eso: que toda la comunidad comparte un mismo amor por la lectura.
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión