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Reseña "1984" de George Orwell.

Dec 30, 2025

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Reseña "1984" de George Orwell.
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La novela distópica abarca cuatro grandes aspectos: el futurismo, la censura, la vigilancia estatal y el nacionalismo. Con sus respectivos pilares: Una adoración extremista a un jefe considerado todopoderoso, una economía orientada hacia una guerra interminable que resume dentro de sí los sentimientos de los perdedores y victoriosos, y una estructura piramidal.

"La guerra es la paz.

La libertad es la esclavitud.

La ignorancia es la fuerza."

Hablemos un poco del contexto de la obra a grandes rasgos. Dentro del continente de Oceanía, lugar donde reside el protagonista, existen tres poderes omnipotentes a los ojos de todos: El Gran Hermano, La Policía del Pensamiento y el organismo que a mi parecer lo proyecta todo de manera magna, El Partido. En el orden dado, el primero de estos es la representación y la figura omnipresente de todo el poder del Estado, un solo retrato creado para infundir temor y obediencia a las masas, pues cuando se habla de la vigilancia no se refieren específicamente a La Policía del Pensamiento o a El Partido, sino a que "El Gran Hermano te está vigilando". Correspondientemente el segundo de estos, contiene dentro de sí todo el poder relacionado a la privacidad, y la vigilancia, desde telepantallas que escuchan minuciosamente el ritmo cardíaco y que ven más allá de los ojos humanos, hasta espías dentro de cada familia, de cualquier edad, la mayoría criados como soldados y asesinados como traidores, porque hasta la más refundida idea de oposición contra El Partido o El Gran Hermano no tiene escapatoria de La Policía del Pensamiento. Por último, la entidad de El Partido podría coincidir con la imagen de una institución que mueve todos los hilos por detrás del telón, son quienes están a cargo de mantener la imagen de El Gran Hermano con su característica omnipresencia, y a su vez, el control ejercido por sobre todos los ciudadanos por medio de los Ministerios y La Policía del Pensamiento. Los Ministerios por otro lado, se encargan de construir una especie de orden en la ciudadanía. El Ministerio de la Verdad engloba las áreas de bellas artes, noticias, espectáculo y educación; el Ministerio de la Paz todo lo relacionado a la guerra, armamento, ejército, etc.; el Ministerio del Amor es la ley y el orden donde principalmente se encargan de "arreglar" a los herejes con prácticas de castigo; y el Ministerio de la Abundancia, relacionado a los asuntos de economía del Estado. Los Ministerios otorgan trabajo a las personas, y de esa manera consiguen a cambio el poco sueldo para solventar sus necesidades básicas.

A pesar del esfuerzo que hace El Partido con todas sus herramientas por erradicar a los que se oponen a su sistema, siempre va a haber quienes se resistan a ello, en este caso los mayores opositores se unen a una asociación llamada La Hermandad. En esta, quien los lidera es Goldstein, conocido como el Enemigo del Pueblo, él es considerado el causante de todas las herejías, traiciones y desviaciones de las personas hacia El Partido y a El Gran Hermano. Acusa al Partido de ejecutar una dictadura, defiende la libertad en todas sus formas: libertad de palabra, de pensamiento, de prensa, entre otros. Junto con la defensa de los derechos humanos, pedía que la ciudadanía reflexionara, y esta, por el contrario, repudiaba tanto su discurso como su cara en las pantallas durante los Dos Minutos de Odio. Goldstein era el objetivo de odio de cada semana, un momento en el que los ciudadanos podían desquitarse todo lo que quisieran a todo lo relacionado con la figura opuesta de El Gran Hermano.

Como último punto para terminar de explicar simplificadamente cómo funciona el mundo de 1984, está el apartado de la Neolengua. Se basa en disminuir el vocabulario, abreviar las palabras y en limitar radicalmente los significados de este, tanto como para evitar hablar demasiado en la medida de lo posible.

"Cada una de las reducciones era una ganancia, debido a que cuanto más pequeña era el área para elegir, la tentación de pensar era más pequeña".

De esta manera, se encargan poco a poco de impedir otras formas de pensamiento, porque si no existen palabras que lo describan ni definan, entonces no existe en lo absoluto. No existe cómo describir la ciencia, ni los derechos, ni la democracia, entre muchas otras cosas. Llamó demasiado mi atención por tratarse del lenguaje, y cómo este es utilizado para manipular a las masas desde lo más profundo de su ser: la comunicación y el habla como medio de expresión. Por medio de la lengua ocurre una gran reestructuración a nivel coloquial y mental.

Durante la primera parte del libro, pude disfrutar de todos esos pequeños detalles expuestos que fueron explicados a profundidad. Esta parte introductoria se toma el tiempo de asentar las bases del mundo que estamos comenzando a conocer, y de todo lo que conforma la distopía de este. Revela todos los aspectos del sistema que lo conforma, y el porqué de ellos, desde lo político hasta lo psicológico.

"Lo primero que no sabía con seguridad era si ese era realmente el año, 1984".

Winston Smith, es un hombre adulto que vive solitariamente en una de las Casas de la Victoria. Saliendo de su trabajo dentro del Ministerio de la Verdad como otros tantos monótonos días, se encuentra con la peculiaridad de una tienda en la que compra un libro en blanco. No sabe por qué lo compró, no sabe por qué lo conserva, y no sabe por qué se siente tan culpable por ello. Tal vez porque sabe que es prohibido, que a pesar de que el libro estuviera en blanco, es comprometedor guardarlo. Siendo así, entonces ¿por qué tiene la intención de escribir en él? Sabiendo que la consecuencia mínima si lo atrapan son veinticinco años de trabajos forzados, y la máxima, condena a muerte por crimental (crimen mental), el principal delito que contenía en sí los otros, la semilla envenenada de la oposición, para ser considerado un traidor, y suficiente razón para ser vaporizado, sabiéndolo todo, ¿qué lo mueve?

"Marcar el papel era el acto decisivo, trascendental".

Winston de por sí en su trabajo manipula la escritura, pero por medio de un hablaescribe, su labor consiste principalmente en reescribir documentos históricos, noticias y registros que se adapten a la narrativa alterable del Partido, y a la ideología del Gran Hermano, haciendo que el pasado siempre concuerde con el cambiante presente dado por el sistema en el que viven. Su papel es crucial para el control y manipulación de la historia, de la verdad. Por lo que desde cierto punto de su ocupación debió darse cuenta de algunos detalles y fallas en la redacción de estos. Winston escribe en su diario para el mañana, para quienes no han nacido todavía, para dejar una huella y un testimonio de que todo lo que pasa a su alrededor no es producto de su imaginación.

Es así como continúa con la escritura de su diario, y nosotros como lectores conocemos más detalles de su día a día. El autor nos va introduciendo a nuevos personajes como Syme, amigo y colega de Winston, quien estaba bastante consciente de todo lo que pasaba con el sistema totalitario en el que coexistían, a un nivel en el que ningún ciudadano más lo estaba; Parsons, que además de colega es su vecino, un fiel seguidor del Partido y devoto al Gran Hermano; y O´Brien, quien pertenece al Partido Interior (parte de lo que conforma al Partido) y del cual Winston cree que está de su lado.

Con estos personajes pude concluir en algo: No tienen personalidad. Y no, no son personajes planos o que no sean complejos. En un universo donde la opresión es tan fuerte, así como las vidas tan vacías y oscuras más que un abismo mismo, las personas no forjan un carácter propio, ni son lo que quieren ser, son lo que El Partido quiere que sean, sienten y piensan según la voluntad del Partido, y carecen de una propia. Siendo así, lo que buscó Orwell con sus personajes es que sean la representación y el reflejo de cómo el sistema influye o afecta de diferentes maneras en cada uno de ellos. Por ejemplo; Syme, es la representación del ciudadano que sabe más de lo que debería, aún si él está del lado del Partido y jamás pensaría en traicionarlos, es demasiado inteligente, demasiado perceptivo y analítico, a ojos de dicho sistema, es un propenso enemigo, o una persona a la que vaporizar eventualmente. "La ignorancia es la fuerza" dicta el Partido, y por no ser ignorante, se pagan los platos rotos. "El significado de la ortodoxia es no pensar, no requerir el pensamiento. La inconciencia es nuestra ortodoxia" dicho por Syme; por otro lado, Parsons, representa al ciudadano perfecto e ideal de este mundo: ciegamente fiel, sin cuestionar ninguna acción o palabra del Partido, obediente y disciplinado. Sin embargo, en el fondo de esa superficial lealtad y fidelidad, una noche es traicionado por su propio inconsciente y delata su odio al Gran Hermano entre sueños, lo que nos quiere decir que todos esos sentimientos de veneración eran una farsa impuesta por un miedo inmenso, no porque de verdad lo sintiera. Figura, a mi parecer, la situación de la mayoría de la población; por último, entre los colegas de Winston: O´Brien, al principio pensamos que es un ciudadano ejemplar, después pensamos que es un opositor, y finalmente descubrimos que es el verdugo de Winston y este jamás pensó que lo sería.

La segunda parte del libro comienza con algo inesperado a mi consideración: Romance. No esperaba que Winston tuviera un sentimiento tan cercano al amor, y digo "cercano" porque nunca admite que es amor de verdad. La introducción de Julia a la historia me pareció la ficha más acertada para que las demás piezas del tablero comenzaran a moverse, pues era darle a Winston una compañera que tuviera casi las mismas creencias que él, la misma contrariedad hacia el partido que él, con la peculiaridad de que Julia como personaje simboliza otra de las variantes de las proyecciones del sistema, en este caso, ella se considera a sí misma como una indoblegable, una bandida del sistema. Julia no quiere rebelarse, al menos no accionando de manera que llame demasiado la atención o que genere una revolución. No quiere tomar ninguna decisión que demuestre explícitamente que se opone al Partido, a Julia le basta con saber en sus adentros que burla las reglas y las prohibiciones, y le gusta sentir que tiene el control de esto, de su vida, de su cuerpo y no el Partido. En esto considero que, a diferencia del protagonista, ellla tiene una rebeldía pasiva, y Winston más activa.

Cuando el vínculo con Julia se hace más fuerte y seguro, entre los dos hablan sobre cómo derribarían al Partido, sobre cómo podrían rebelarse, imaginando que escapan hacia los continentes que eran considerados enemigos, o a donde nadie pudiera encontrarlos ni controlarlos, es entonces cuando O´Brien vuelve a aparecer, dándole a Winston señales, mensajes en código, todo para llevarlo a lo que yo supuse, es su residencia. Aquí, O´Brien también cita a Julia, y habla con los dos mientras la telepantalla está desactivada, porque al ser miembro del Partido Interior, podía tomarse esa libertad. En su reunión, O´Brien les declara que es miembro de La Hermandad, y les ofrece a ellos dos que sean parte de la asociación también. La conversación convence lo suficiente a Julia y Winston, quienes aceptan todos los términos, condiciones, peligros, consecuencias y amenazas que vienen con pertenecer a la organización más odiada de su continente. O´Brien les comenta que dentro de unos días a Winston le llegaría El Libro, que lleva todos los principios y filosofía de Goldstein y La Hermandad. Nuestro protagonista una vez que lo lee, se percata de que no es nada nuevo a lo que él mismo había descubierto sobre el funcionamiento de la realidad en donde viven, pero descarta esa particularidad pensando que es un libro dirigido a quienes quieren el despertar de una mente dormida y dominada por El Gran Hermano. Y luego de la lectura, Winston y Julia son capturados por La Policía del Pensamiento.

"El primer paso consistió en un pensamiento secreto e involuntario, el siguiente paso fue el acto de abrir el diario. Había pasado de los pensamientos a las palabras, y, en ese momento, de las palabras a la acción".

Regresamos a la misma pregunta, ¿qué fue lo que movió a Winston a cometer crimental, y más que todo, a continuarlo a pesar de saber todo lo que implicaba?, no sólo significaba registrar en papel sus reflexiones. Una vez que llegó Julia a su vida lo podemos entrever un poco más. En una línea que lo abarca todo:

"En nuestra alma no pueden penetrar. Los habremos vencido si podemos sentir que merece la pena seguir siendo humanos".

Desde un principio Winston nunca le tuvo miedo a la muerte, él sabía que lo iban a matar tarde o temprano por crimental. Lo que él más temía de todo lo que estaba pensando en contra del Partido era que al ser descubierto lo destruyeran todo: su alma y su espíritu. Dentro de la muerte, él encontraba tranquilidad para su alma oprimida hacia tantos años por este sistema, pero si lograban derrocar su espíritu y su humanidad, aún en su muerte, entonces el Partido realmente tendría el control de su todo. Winston podía aceptar que durante toda su vida el Partido hubiera tenido el control, pero no podía permitirse dejarlos tener el poder de su mente y su corazón al momento de morir. Si Winston moría tenía que ser de esa manera: siendo libre, siendo humano. Sintiendo cada emoción que descubrió en su relación con Julia, y sabiendo lo que llegó a descubrir de él mismo para comenzar a construir una personalidad propia y no guiada por el Partido.

"Lo que uno se proponía no era salvar la vida sino haber sido personas hasta el final".

La rebelión hacia un sistema opresivo se manifiesta en el poder de una comunidad en conjunto, que lucha, pero todas aquellas personas que lo conforman están movidas por su propia lucha y luz interna, por lo que sienten. La fidelidad a uno mismo es lo que mueve. Winston se niega a perder su humanidad, y el Partido puede dominar todo lo demás, pero nunca al corazón de una persona que no quiere perderse a sí misma, ni a su esencia, ni a su humanidad. Dentro de su vínculo con Julia, Winston terminó de deducir que la fuerza que destruiría al Partido era el sentimiento, que las emociones se abrieran paso a flor de piel, que la pasión, el amor, la alegría y la satisfacción, recorrieran las almas de todos. Esa era la fórmula que derrocaría al Partido. Y no importaba si no se demostraba con miles de personas manifestando en las calles en contra del Gran Hermano y todo lo que lo formaba, era suficiente con defenderlo y que eso el Partido no se lo arrebatara nunca.

"Su abrazo fue una batalla, el clímax un triunfo. Era un acto político. Era un auténtico golpe contra el Partido".

Y ese hubiera sido el final perfecto para mí.

"Antes de matarlo hacemos que sea uno de nosotros [...] No podemos permitir alguna desviación ni siquiera en el momento de la muerte".

Winston es separado de Julia, y los dos son ingresados al Ministerio del Amor. Durante su estadía ahí, Winston pasa por una serie de torturas inhumanas, todo para que él confesara sus crímenes cometidos, y los que no cometió también. Por alguna razón dijera lo que dijera, lo que hizo, lo que no, lo que haría y lo que no, ninguna respuesta parecía ser la correcta, lo seguían torturando más y de peores formas. El tiempo se volvió lento, y Winston no supo si su estancia consistía de días, semanas o meses dentro de ese calvario. Siendo trasladado de su antigua celda, nuestro protagonista no contaba con ninguna fuerza física. Tenía la quijada rota, los huesos entumecidos por tantos golpes y marcados por sobre su piel, las extremidades cansadas, el estómago vacío, la cabellera desierta... Físicamente estaba destrozado, pero mentalmente cuerdo. Eso hasta saber que su camino se dirigía a la habitación 101, la peor pesadilla de todos los apresados en el Ministerio del Amor. Antes de esto, en un cuarto, colmado de espejos en las paredes, se encontraba O´Brien, con una palanca que activaba descargas eléctricas. Winston fue torturado primero físicamente para sembrar la sensación del profundo cansancio, y sabiendo que eso no doblegaría su fortaleza mental, O´Brien mismo se encargaría de hacerlo por medio del cansancio psicológico. En los siguientes capítulos mantienen un conversatorio en el que su anterior colega, objeta a cada ideal de Winston con una descarga, destruyendo poco a poco su espíritu. Después de tanto y tanto, la mente de Winston se había entrenado con las respuestas correctas, no obstante, según O´Brien, el idealista no había interiorizado esas creencias que profetizaba el Partido. Cuando fue llevado a la habitación temida por todos, Winston se sorprendió de que no hubiera dentro de ella todo lo terrorífico que había pensado que habría, pero cuando vio su peor miedo vívido delante de él, su perspectiva cambió. Gritó, insultó, pataleó, y finalmente deseó desde el fondo de su corazón que llamaran a Julia para que eso le pasara a ella y no a él. Habiendo escuchado esto O´Brien quedó muy satisfecho. Lo había logrado, había presionado a Winston con su peor pesadilla para que traicionara a Julia, y por consiguiente, para que se traicionara a él mismo.

"El partido anunciaría al final que dos y dos son cinco y se tendría que creer". "Poder decir libremente que dos y dos son cuatro es libertad. Todo lo demás vendrá por sus pasos contados si se acepta esto".

Liberaron a Winston cuando vieron que no quedaban rastros de su humanidad. Era un ser humano inerte, sin emociones, sin nada. Su vida de a poco volvió a ser lo que era antes. El reencuentro con Julia no se hizo esperar, este fue pactado para ambos confesarse que la traición fue mutua, que vendieron los corazones del otro, que el Partido ganó. No tardó mucho en llegar a él ese proceso habitual de los criminales. Y en la calle, confesando públicamente sus pecados, una bala cruzó su cráneo.

"Se había derrotado a sí mismo de manera definitiva. Amaba al Gran Hermano con todo su corazón".

Winston murió convencido de que dos y dos son cinco. Murió Adorando al Gran Hermano, creyendo que el Partido lo era todo y les debía devoción hasta después de la muerte. La humanidad de Winston se perdió. Es completamente el final que veía venir, y tristemente tenía esperanza de que no fuera así.

Este final no es heroico, ni soñado. Es un final completamente realista, y sí, desesperanzador, pero realista. Ver cómo el derecho a todo lo básico de un ser humano es prohibido, castigado y penalizado en esta obra, pone los pelos de punta. Justamente esta apariencia de todopoderoso es lo que busca el Partido, para de esta manera si alguna persona tiene el más mínimo pensamiento de querer cambiar las cosas, o hacer algo que signifique rebelarse, tener en mente dicha magnitud para infundir terror. Esta sensación de sentirse como una hormiga y de desistir porque "ellos son más fuertes" es la prevención por parte del Partido. Y todo es infundido desde la psique de la persona, por eso es que este tipo de control se siente omnipresente. Ellos mueven los hilos principales, pero las mismas personas se encargan de enraizarlos a lo más profundo de su ser, y eso hace que estas ganas de rebelarse desaparezcan por lo menos de ser un pensamiento principal.

Desglosemos parte por parte toda la bomba que es este sistema, y sus nimiedades.

"Entiendo: CÓMO. No entiendo POR QUÉ".

"El sentido común era la más grande de todas las herejías".

Uno de los principios de la filosofía es La Duda, el porqué de las cosas. Aún en un mundo donde la filosofía fue borrada de la existencia, en donde el protagonista ni siquiera conoce la palabra o el acto de filosofar, lo hace por inercia, porque estos principios nacen de la naturaleza de la mente humana, y todo comienza siempre haciéndose una simple pregunta: "por qué". La curiosidad es lo que llama a Winston. No estaba en sus planes que prácticamente de la nada un día tuviera un milagroso despertar. Esa mente llevaba dormida muchos años. El Partido se deshizo de todos quienes se resistieran a La Revolución, esto sucedió entre los años cincuenta y sesenta, después de aquel genocidio, comenzó el control. Una de las principales características de este mundo es la línea de tiempo que lleva. Muchas veces he pensado que borrar cada huella que ha dejado la historia desde el inicio de los tiempos es imposible, pero al parecer no lo fue para el Partido.

"Si el Partido tenía el poder de alargar la mano hacia el pasado y asegurar que este o aquel suceso jamás ocurrió, esto resultaba mucho más aterrador que la tortura y la muerte misma".

Toda marca de la historia era borrada y actualizada minuto a minuto por el Partido con la ayuda de las personas que trabajaban en el Ministerio de la Verdad. Ninguna persona podía asegurar con certeza las cosas que veían sus ojos. No se podían confiar ni de ellos mismos, porque todo era actualizado y borrado casi al instante de su misma existencia, por eso sólo podían creer en los que les dictaba el Partido. Vivir años en un sistema así estropea el cerebro, también por esa razón, millones de personas preferían ignorar sus dudas, dejar que se ahogaran en sus mentes, y vivir en automático.

Algo de lo que también noté es que todos los objetos que proporciona el Estado y que consumen los ciudadanos tienen pospuestos a su nombre un "de la Victoria", es decir: "Casas de la Victoria", "cigarrillos de la Victoria", "jabón de la Victoria", "ginebra de la Victoria", entre otros. Así, se redunda no sólo la sensación de que son "victoriosos" todo el tiempo, sino que, además, le recuerda a la sociedad que es gracias a esas "victorias" que tienen lo que tienen, es decir, que gracias a la guerra constante pueden "gozar" de esa sensación de victoria interminable, y pongo todo entre comillas porque ninguna persona se siente completa o llena con esa "victoria" cuando en sus casas no tienen ni siquiera un jabón decente para limpiarse. Detrás de los miles de beneficios que el Partido quiere hacer creer que hay dados por la guerra, se hallan miles de personas incómodas con su vida, con quejas silenciosas sobre los alimentos insípidos, los departamentos maltratados, y un estilo de vida que no les genera gusto. Es un sistema que utiliza más recursos para otras cuestiones justificando con una mentira la pobreza de las personas. En este contexto, el Partido dice que por la guerra infinita entre los tres continentes tienen que mandar todos los bienes del Estado al armamento, a los militares, bombas etc., para justificar la extrema pobreza en la que viven las personas. Y si la ciudadanía no se ha quejado, al menos públicamente, es porque las autoridades se encargaron de plantar un inmenso nacionalismo, y esto es lo que motiva a las personas a trabajar desequilibradamente, a no protestar por los escasos recursos con los que cuentan, porque para ellos es demostrar amor a su patria, sin saber que en realidad es una vil manipulación por parte del Partido. Los proles eran los que menos sentían aquellas inconformidades.

"Una sociedad jerárquica, a la larga, únicamente sería posible si se basan en la ignorancia y en la pobreza". "Si uno debe gobernar, y seguir gobernando toda la vida, es necesario que trastorne el sentido de la realidad".

Dentro de la sociedad 1984, el escalón más bajo en la pirámide es el de los proles, personas que viven en los suburbios de las ciudades más grandes y desarrolladas del continente. Los proles al no estar en el centro de la tormenta, no son excesivamente vigilados por La Policía del Pensamiento ni por el Partido, puesto que, a estos les tienen una realidad formada en su totalidad. Excluidos de cualquier signo de educación académica, manteniéndolos ignorantes, pero bajo una realidad con la que ellos puedan vivir sin rebelarse, trayéndoles tranquilidad a los superiores.

Los proles, son propensos a vivir vidas más felices y completas dentro de su burbuja, al contrario de los otros ciudadanos quienes viven en una realidad aplastante. Lo único que el Partido les permite sentir a estos es odio, ¿y de qué manera se pueden desquitar? Con los Dos Minutos de Odio diario. Este momento del día no es para repudiar a una sola persona o entidad, aunque parezca así superficialmente, esa es la excusa. Esos minutos son usados en realidad para que, en una sociedad donde expresarse o sentir parece estar prohibido, los ciudadanos puedan tomar todos los motivos de sus vidas grises, limitadas y frustradas, y deshacerse de ellas usando como excusa la entidad "enemiga", cuando en el fondo todos saben que los culpables de las miserias en sus vidas es el Partido, pero al no poder rebelarse contra los verdaderos causantes, es la única manera en la que pueden desahogarse. Todos se unen a los Minutos de Odio, inclusive las personas que más reservan su sentir, pues es inevitable evitar la participación. Son arrastrados irremediablemente, lo cual no es algo negativo para el Partido, ellos controlan cuándo la población puede sentir y cuándo no. Desde la prohibición de los pequeños placeres de la vida como comida, servicios básicos o privilegios hasta los más íntimos de una persona, el Partido quiere estar dentro de todo. Ellos hacen que toda la ira sea conducida a "los culpables", quienes también son los extranjeros. Siendo considerados enemigos por formar parte de otros territorios con los que están en guerra, ese enojo es proyectado hacia todo lo externo. No está tan alejado de la realidad de hoy en día, en donde todos los demás son los generadores de nuestros malestares menos los que tenemos en frente.

Anexado al tema de las emociones, una de las prohibiciones del Partido es sentir amor, mantener relaciones sexuales por placer, e iniciar una relación con fines románticos. Se desea que las personas mantengan una castidad que sólo se rompa para el objetivo de procrear, pero nada sin amor, sin deseo carnal o pasión. Toda figura que no represente pudor es imperdonable para el Partido.

El machismo es mucho mayor, pues para la figura femenina la prohibición es aún más extremista. Claro está que no puede existir ni un ápice de placer o sentimientos románticos, pero para los hombres puede ser una posibilidad más que para las mujeres, si es bien escondida de La Policía del Pensamiento y del Partido. Por poner un ejemplo, existen prostíbulos clandestinos, pero exclusivamente para el placer masculino, y si un hombre casado es atrapado cometiendo adulterio es castigado, pero para una mujer adúltera el camino es directo a la muerte, así de radical es. El que una mujer sea vista como objeto sexual en aquella sociedad es más o menos erradicado por el puritanismo sexual que debe existir en todos, pero los otros aspectos machistas que son productos de un claro patriarcado siguen existiendo. A la "mujer correcta" se la ve como una máquina de hacer bebés y de limpieza en el hogar; a la "mujer incorrecta" como una noche de regocijo; y a la "mujer inalcanzable" como perfectas e intocables santas que pertenecen al Partido o a una extensión de este. No hay punto medio en aquellos prejuicios. En cuanto al hombre, se lo ve como un inagotable trabajador que puede violentar a sus hijos y esposa con la justificación de traer comida a la casa, esto por supuesto, practicado con normalidad y sin sanción alguna.

"Lo más grave de todo era que esas organizaciones [...] los transformaban de manera sistemática en salvajes rebeldes y, no obstante, este salvajismo no les incitaba a desobedecer la disciplina del Partido".

La familia es considerada una amplitud de La Policía del Pensamiento. Desde de que tienen uso de razón a los niños se les inculca espiar a sus familias en caso de que estas traicionen al Partido, y en vez de utilizar juguetes usan amagos de armas para aprender a cómo violentar. Desde comentarios que demuestran violencia, ganas de torturar o ahorcar a algún enemigo, hasta de verdad hacerlo, todo es impuesto y adoctrinado, desde que nacen hasta que mueren. Los crían como espías para el Partido y existen organizaciones que se encargan de preparar a los niños para esto.

"El Partido se preocupa de perpetuarse a sí mismo [...] Con tal de que la estructura jerárquica siempre sea la misma, no importa quien tenga el poder".

La Policía del Pensamiento y su cautela con los opositores no era suficiente, tenía que haber algo que los atrajera, algo que funcionara como una trampa para ratas. Fue así como al Partido se le ocurrió crear La Hermandad. Y fue exactamente así, como miles de personas al igual que Winston cayeron en esta farsa. O´Brien lo estuvo vigilando por varios años, planificando las indirectas perfectas hacia Winston para descubrir si era un hereje o no, y cuando la respuesta fue que sí, se hizo pasar como integrante de la organización. A mi parecer, es la mejor estrategia que se le pudo ocurrir al Partido para capturar a los disidentes. De esta manera, era más fácil poderlos enviar al Ministerio del Amor y "sanarlos".

Sumado a todo esto, existe algo muy interesante que plantea Orwell en esta obra. Entre mis preguntas más frecuentes al leer todas las barbaridades hechas por el Partido estuvieron: "¿Cómo esta sociedad puede estar tan dormida y siquiera de acuerdo con todo lo que está pasando frente a sus ojos?, ¿cómo puede ser que no se den cuenta de que está y se siente mal?" Al principio pensaba que eso estaba respondido con todo lo que el partido profetizaba y la red de mentiras en las que sostenían a las multitudes, pero me era imposible imaginar que la mayoría de las personas no notara que estaba mal, y si lo hacían, por qué no lo denunciaban a voz alta. Esas dudas las contestó el autor de manera muy ingeniosa: el doblepensar.

"Esta era la sutileza más refinada del sistema: inducir de manera consciente a la inconciencia, y posteriormente hacerse inconsciente con el fin de no reconocer que se realizó un acto de autosugestión".

Es contradictorio y confuso sobre sí mismo, pero es así, un proceso automático e incorporado en la psiquis de las personas que consiste en estar consciente e inconsciente de todo a la vez y a conveniencia. Fue la única explicación que me hizo sentido y con la que quedé satisfecha. Una vez que entendí el concepto del doblepensar, el cual había estado siendo utilizado desde el inicio del Partido y la revolución, entendí por qué toda la sociedad estaba adiestrada con ello, y cómo lo hacían por inercia. Para comprenderlo más fácl lo relacioné con el efecto Mandela sólo que aplicado para ellos mismos todo el tiempo.

¿Qué nos trata de decir Orwell con "1984"? Personalmente, me parece una obra hasta cierto punto visionaria. Este libro fue escrito en 1949, y leyéndolo 76 años después es lo más parecido a muchas de las realidades que se viven en muchos países hoy por hoy. Está completamente claro porque este libro no existe, por ejemplo, en Corea del Norte. Es demasiado crudo, es demasiado real. Al comienzo pensé que el autor estaba exagerando en muchos de los aspectos de los que hablaba, pero cuanto más me fui sumergiendo en las páginas y en la trama, sentía escalofríos de pensar que tarde o temprano, por un desliz, por una falta de consciencia, mi realidad podría ser la misma que la de esta distopía. Y repito, han pasado 76 años y parece como si en el centro de todo nada hubiera realmente cambiado. Sí, las generaciones pasan, las décadas transcurren, la humanidad parece avanzar en una línea recta, pero yendo más abajo de la superficie son las mismas cosas, con cambios diminutos, diferentes definiciones, nombres, o figuras ¿y si estamos avanzando en círculos?

"1984" pareciera ser una advertencia sobre las amenazas del totalitarismo y del poder sin límites, en especial si un Estado lo controla todo. Nos muestra lo que no hay que llegar a ser como especie. Nos da un llamado de atención no sólo a quienes están en el poder, sino mucho más a las masas. Un llamado a entender que nuestros pensamientos y decisiones tienen un peso más grande que el que creemos que tienen. Simplemente, un clásico atemporal.

 

Arelys Valdiviezo

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