Remolino

Los pasos suenan, aún más

porque sé que nos podríamos encontrar.

Mi cuerpo tiembla,

me desmorono como una torre de cartas

con las cuales jugás.

Mi resistencia es tan delgada como las cartas.

Soy un siete de corazones,

vos, un diez de espadas.

Yo soy tan liviana,

tan fácil de ver caer,

tan fácil de ser de quien te reís.

Trato de no exagerar,

pero me hacés desesperar,

asustar,

pasarla mal.

No aguanto que mi teléfono vibre;

sé que se trata de vos.

Pero no sé por qué

me encadenás,

clavás unas anclas a mi corazón,

a mis pies y a mis manos,

para así mantenerme sujeta,

para así no correr,

porque sabés que no te quiero soltar.

Mi corazón se ahoga de sangre,

roja sangre que chorrea por mis brazos.

No puedo culparte:

soy yo quien no soporta la ansiedad.

Pero tu única presencia me hace flaquear.

Caigo por un túnel,

por el cual me empujás.

Me lastimo cada vez

que conmigo las paredes han de chocar.

Muy profundo,

muy oscuro,

donde la salida requiere que tu mano extiendas,

que tu mano yo vuelva a tomar,

y que una vez más los recuerdos me consuman,

porque vos sabés que esto me abruma.

Vos sabés que yo duelo,

yo me quiebro como una hoja seca.

Me conocés,

porque me abrí como una flor al florecer.

Entonces quiero saber:

¿por qué sos así?

Porque pareciera que te divierte alejarme

pero tenerme ahí.

Sé que no lo harás,

no volverás a tomar mi mano.

Pero no sé por qué.

Tanto para mí fuiste,

tan poco para vos fui,

o eso me hacés creer.

Antes era tu taza

en la cual tomabas el café cada mañana.

Ahora soy solo un vaso descartable

que desechás.

Me tenés dando vueltas como un remolino,

tantas vueltas como tus rizos.

Odio la punzada en el pecho

que me provoca tu aroma,

tu silueta,

tu voz,

tu presencia.

Me aterra.

Ya no te siento cerca,

pero estuvimos tan cerca.

La nostalgia pega cuando me doy cuenta

de que solo estoy,

de que la ansiedad me recorre hasta los huesos,

de que estoy tomando demasiadas pastillas,

de que deseo no despertar,

de que

ansío el día en el cual algo me pase,

solo para ver si por mi bienestar velás.