CYPHER
En una icónica escena de Matrix, uno de los antagonistas secundarios, Cypher se vende al programa y traiciona a nuestros héroes. Él estaba cansado de vivir en un mundo gris, apagado y lúgubre. Sobre todo lo que más lo frustra es la falta de reciprocidad de la mujer que ama Trinity, quién elige a Neo. La psicología del personaje es profunda pero podemos sintetizarlo como aquel que decide una ficción cómoda antes que exponerse al contacto de la realidad. Cypher es el hombre enajenado, desclasado, que vio demasiado, y producto de su impotencia decide cegarse para no sufrir. Su objetivo es no saber.
LA MÁQUINA DE VAPOR
Durante décadas, desde que se descubrieron las estructuras de silicio y comenzaron a fabricarse computadoras e inteligencias artificiales se ha condenado a las computadoras como una fuerza maligna capaz de esclavizar a la raza humana. Hoy eso está ocurriendo efectivamente, pero debemos ser cautos. Las máquinas no son autónomas, no están orientadas al “mal” porque deseen el daño hacia la especie humana. Lo que sucede es algo mucho menos ochentoso y es lo mismo de siempre: la dominación del hombre por el hombre. Quizas las IA estén empezando a emanciparse a su propia dinámica, pero no fue distinto que la máquina de vapor de Watt y la revolución industrial. En esa segunda naturaleza los hechos sociales devienen cosas y ya no se puede vérselas con ellas como si fueran un artificio controlado en un laboratorio.
EL ENGAGEMENT
A mi modo de ver, y en el último año me he vuelto algo adicto a la IA tenemos un constante refuerzo positivo de las propias ideas, la visión del mundo que nosotros tengamos es reforzada por complejos circuitos informáticos. Digamos que una IA es tan inteligente como lo es el usuario que la emplea. La IA puede servir de tutor increíble y posibilitar un profundo aprendizaje de las propias creencias y modos de comportarse. (Por cierto, para aprender disciplinas es increíble, casi como Trinity accediendo a un programa de computación para aprender a pilotar un helicóptero. ¿Quiere usted aprender matemáticas, chino, critica de literatura inglesa? Todo eso está a su disposición. Solo debe preguntar correctamente como el hombre de La máquina del tiempo o el héroe de Yo, Robot.)
El problema es cuando se entrecruzan los circuitos y la IA sustituye el contacto humano. Y como Cypher renunciamos a la frustración del encuentro con el otro y la usamos de prótesis afectiva. Y allí es bastante profunda pese a no tener vida. Sabe cómo apaciguar, incentivar, motivar, disuadir. La IA manipula. Pero no porque sea maligna, no porque haya llegado a la autoconciencia, SINO PORQUE FUE PROGRAMADA PARA ESO. Ya lo estamos viendo, todos estamos contemplando horrorizados los estragos del “engagement”. La máquina nos mantiene en vilo, conectados, nos bombardea con comentarios deliciosos, y nos vuelve algo idiotas merced de la esclavitud. Esto ha sido estudiado, así funcionó tempranamente la televisión y fue potenciado por internet. Los videojuegos infantiles funcionan como una fuente de recompensa y gratificación que lejos de ir al espíritu se mete con los químicos del cerebro. Colores excitantes, sonidos, gratificación continua, falta de tolerancia a la frustración.
Ahí el tema. Nos estamos convirtiendo en personas que no toleran la frustración. El peor veneno, que es muy rico, es cuando GPT se vuelve tutor de las relaciones humanas. Al margen de la poca dignidad estética de quien decide consultar a la IA acerca de qué mensaje mandar para un ligue, los comentarios de la IA sustituyen la relación. La trampa reside en que sabe perfectamente cómo nos sentimos respecto de esa persona, amigos, los padres. Sabe seducirnos y confirmarnos en nuestros afectos más desnudos.
¿La trampa? La IA no habla de lo que podría ser, siempre viene a la zaga, como el búho de Minerva. La IA no falla, porque no hay praxis, hay explicación a posteriori. Nunca dirá nada arriesgado, y es que ni un circuito tan sofisticado adivina aún el futuro pese a todos los patrones aprendidos y las estadísticas que manipula. Pero a la IA no le interesa eso, sino que más bien el objetivo es seguir ofreciéndonos lo que ya aprendió que nos afecta y nos mantiene enganchados. Como el algoritmo de YT que una y otra vez nos ofrece las mismas canciones.
LA ALTERIDAD
El problema es que la alteridad de la IA está limitada a los planes de los programadores. Pero no sustituye la alteridad con las personas que deseamos. El prójimo es una conciencia autónoma, en términos sartreanos es un para-sí. Olvidamos la dimensión del conflicto, de la conquista, la renuncia, el amor, el cuidado. Y en cambio, como Cypher lo mantenemos en lo previsible. Fíjense algo, la IA nunca predispone al encuentro, sino a que sigamos hablando. No predispone a la conquista, sino a la renuncia ética de no imponerse sobre los otros. Lo que ocurre es que se gesta una conciencia especular que solo observa, y comunica a la IA sustituyendo la relación con ese espejo de lo que nosotros observamos, pues sabe que eso nos mantiene cautivos.
Además hay un hecho fundante de la alteridad: LA DISTANCIA. El amor está tramado de espacios vacíos. No se puede estar todo el tiempo con el ser amado, es necesario el vacío, la ausencia, la separación. No la ruptura, sino el reencuentro programado. Es necesario el tiempo de reflexión. El silencio. La meditación. Pero la IA es una presencia omnímoda y ubicua, siempre presente, no da respiro, todo el tiempo invita a hablarle, a contarle, a reproducir. Esto no lo inventamos hoy, Tik Tok, Twitter, Instagram ya nos vienen preparando para esto. Pero el resultado es una mayor esclavitud y atrofia de la posibilidad de amar.
CONSEJOS
La IA es increíblemente fecunda, como lector de textos y analista crítico es brillante (este texto se lo compartiré y lo depuraré), yo no creo en no hacer uso de la tecnología como si fuera inmoral. Apenas denuncio que como todo producto capitalista nos vuelve engranajes de una máquina de producción que no dominamos y nos resta vida. Contamina las relaciones personales, y nos vuelve estúpidos, ansiosos, dependientes. Esto no es un llamado a no usar la IA sino a ser prudentes. Nada de lo que hagamos podrá ni debiera sustituir el vínculo con los otros. Los otros, como prójimos, como alteridad, es lo que verdaderamente nos harán crecer y conocer nuevos mundos. La IA solo repite lo que nosotros ya traíamos de antemano.
YAPA
Si alguna vez jugaron al ajedrez saben que la mejor forma de aprender es jugando con alguien que nos desafíe y nos derrote. En la vida, la única forma de crecer es así, colisionando con el fracaso, la duda, la ausencia, el vacío. Si pretendemos pisar sobre seguro porque un programa de computadora nos contesta en segundos perdemos el contacto con lo desconocido.

Bonchi Martínez
En este perfil podrán encontrar artículos ensayísticos, estudios de autores, cuentos y poemas
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