Recurrente.

Yo.

Supongo que es en exceso que hablo de mi persona, pero hay una justificación para eso: ¿de qué otro universo puedo saber más que de mí mismo? Y cuento con lo que me ignoro, pues sé que no soy como piedra en vitrina a la que no afecta ya la lluvia ni el viento; me reconformo cada día según los acontecimientos. No soy nunca el que he sido. No soy igual, al menos, de un modo total, completo.
Hay, eso sí, unos principios a los que me aferro, un modo constante de enfrentarme a los sucesos de la vida, un talante. Sentimientos. Pero no soy en todo el mismo que ayer era; siempre, cada día, se aprende algo, algo te afecta.
Así, en vez de comentar sobre Eurovisión —y lo haría por influencia de terceros, ya que yo no vi eso—, les cuento de mi estar ante mí mismo; aunque no le interese a nadie.
Por otro lado, como, aunque lo parezca, no soy extraterrestre, quizás alguien se identifique y se diga: “Eso también me pasa a mí”.
Y abandone su soledad por un instante.

Dolbach.