Recuerdos de una vida bella

En una semana es mi cumpleaños y ya no quiero cumplir, mucho menos festejar algo. Mi último cumpleaños feliz fue en 2022. Hice llamadas con mi familia, vinieron mis amiguis a casa. Hice comidas ricas y vegetarianas para todas y todos. Mi exnovio me ayudó un montón. Decidí que quería festejar un día antes mandando un mensaje simpático que todavía tengo en whatsapp.

Estaba desesperada por un trabajo. Me angustiaba todas las noches pero podía sobrellevarlo y tirar CV hasta abajo de las piedras mientras hacía cursos laborales. Casi me invento un trabajo en una empresa de cursos tratando de laburar de lo mío. No salió bien pero extraño esas ganas. Hoy solo queda un gris recuerdo. Ni las puedo sentir.

Es como una ciudad funcionando a tope, con todo organizado que, de pronto, se empieza a apagar lentamente sector por sector. Se queda sin agua, después sin energía, sin gas, sin vida.

Hoy ya no tengo energía para vivir, mi mente está cansada. El abuso produce un aprendizaje negativo, adicción a la recompensa rápida y el deterioro de capacidades cognitivas.

Apenas llego a escuchar un triste instrumento que no llego a ver cuál es cuando antes podía pintar una escena, describir los sonidos y acompañar la primavera.

Vivir así es peor que la muerte. No puedo hacer más que extrañar muy buenos y cada vez mas borrosos momentos y memorias de cuando la vida era bella.