Recuadro, restauro, veneno
escondido, me muero.
Pero a la tumba no me llevo todo lo que decir te quiero.
Te quiero.
Y aunque como siempre, la memoria es arbitraria, me deja sedienta la sed de esta duda.
Me quieres, acaso.
Para eso es la vida. De eso se trata. No hay lucha.
Y si alguna vez fiera es y busca la noche perfidia,
se lleva alborotos y sufragios.
Endulzantes artificiales, eso era lo que le ponían. Por eso se ha muerto mi alma hace tiempo.
Quebrada ha quedado aunque sin gloria.
Te repaso entonces en la parada de San Pablo, y sé, que te falta historia.
Aún no está lista la memoria para tu amplia frente
y tu augusto croquis.
Recuadro, restauro, te anhelo.
Te escondo por ratos,
y miro en protestas liberales
tu canto y auguro; vendrá desde lejos.
Recuento, avanzo, te lucho.
Se revienta el velo y entonces tus ojos me roban
la prosa. Engaño.
No veo más que el seco sol de Setiembre
que en conflicto con estas avenidas
me vuelve a traer siempre a tu regazo.
Repito, respiro, te abrazo.
2/10/2016

Beatriz Núñez Alpízar
No Me Perdono No Ser Perfecta -- Una escritora cualquiera entre muchos, obviamente tengo un dolor en el corazón en este momento y por eso escribo intentos de poesía.
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