Fue todo, incluso lo último que quedaba en mis manos y fuera de ellas. Hoy te haré un regalo final, podría obsequiarte mi ausencia como un vistazo de tu pequeño, poco incomparable dolor al mío, así como un pisapapeles desechable. Si te soy sincera, ya no me quedan peros, aunque sí muchas ganas de olvidarme de cómo casi lo tuvimos todo. Mi cariño triste me lo he sembrado en el alma para poder quererte en otro universo, aun mi habitación sigue ocupada por tu sonrisa dormida. Si nunca te vuelvo a ver, te llevaré conmigo, afuera, en cada parte de mi cuerpo, de mi mente y de mi boca. He terminado mi búsqueda, pero te elegiré mañana.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.


Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión