Quiero exorcizarme de vos,
arrancar tu nombre de mi piel,
como quien arranca espinas de un corazón aún sangrante.
Le suplico, le ruego a Dios cada día
no volver a nombrarte,
ni verte, ni extrañarte.
Quiero dejar de pensarte,
de tenerte presente;
quiero que tu sombra deje de seguirme,
que tu ausencia no me paralice
cuando te pienso de más.
Así como vos pudiste seguir sin mí,
yo quiero no necesitarte nunca más.
Nunca mereciste mi corazón.
No sos más que un pobre tipo
que le teme al amor.
Y yo, tonta de mí,
te creía tierno,
te creía amable,
pensé que también eras vulnerable.
Pero no:
me mentiste,
jugaste con mi fe.
No sabés de ternura,
ni entendés del querer,
y yo ya me cansé
de esperar por un instante de tu mirada.
Ojalá algún día tu frágil ego
te permita ver
todo lo que yo di
por tu querer.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión