Quiero esconderme en tu pecho para escuchar tus latidos

Esperarte es naufragar en un mar sin destino,

una deriva infinita donde el horizonte se disuelve.

No sé si sos la costa que se aleja,

el faro que parpadea en la distancia

o la marea que me arrastra sin compasión.

No entiendo si llegás, si te vas,

pero estás,

como un eco que no se apaga,

como el roce del viento sobre mi alma,

frágil y desnuda.

Si pudiera materializarte, aunque fueran cinco minutos,

te abrazaría hasta fundirte con mi carne,

para sentir que no sos solo un espejismo,

para probar que esto es solo un mal sueño.

Te sostendría hasta que mi cuerpo grite tu nombre

y me duela la piel de aferrarte,

hasta que la desesperación de perderte

me ahogue en tu pecho.

Pero el tiempo es cruel y resbala entre mis dedos,

como arena en la orilla del mar.

Te aprieto contra mi pecho,

pero aun así te desvaneces,

como se disipa el aGua entre las finas grietas de mi corazón.

Mi cuerpo clAma por el tuyo,

como un pájaro por liBertad,

peRo solo encuentro vacIo,

solo El eco de tu ausencia

aún Latiendo dentro de mí.