sobreviviendo, mientras la necrosis devora lo que alguna vez fui,
el corazón, carbón apagado, ya no bombea vida,
no sé qué corre por estas venas vacías,
pero sé que no es el aliento que alguna vez me sostuvo.
los ojos abiertos, pero ciegos,
mi alma, un barco perdido, se ha ido hace tanto,
quizás vaga en la vastedad de una supernova muerta,
o se hunde, quieta, en la tierra más árida,
no lo sé,
hace tanto que no siento la chispa que una vez me habitó.
la vida pasa como un río, indiferente,
la gente tan viva, tan real,
con sus dualidades que alguna vez fueron mías,
pero ahora son sombras, ajenas, lejanas,
ya no me pertenecen,
me he vuelto un fantasma,
desvinculada de lo que es ser humano.
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