Antes creía que era lo que hacía. Hoy, no tengo claro siquiera lo que busco contestar.
Quizás pierda sentido a medida que apilo las palabras.
Quizás un niño podría contestar.
Si desnudo mi alma quizás te encuentres en ella, o quizás de pena.
Quizás, mienta.
Me es imposible pensar con claridad en qué soy sin pensar en quién quiero ser.
Simplemente sé que soy y, a veces, hasta eso es contradictorio.
Soy transmutación, cambio constante, deformidad y amor.
Si lloran mis manos soy tinta.
A veces mi voz ríe y soy armonía.
Días en los que soy frecuencias envolventes y otros en los que apenas si puedo ser un susurro.
Soy narcisista y me convierto en arte.
Soy azul índigo. Arrasa intensidad y me intimida.
Soy flor en invierno que el frío no heló.
Pienso y no opino.
La lengua resulta tan larga que temo ahorcarme con ella.
No me interesa formar parte pero le tengo miedo a la soledad, lo que es insulso y deshonesto, ya que vivo con esta sensación.
Me encanta vincularme, pero nunca encuentro con quién.
Soy tensión y relajación constante, como una canción de jazz, que parece indescifrable para mi oído.
Analizo tanto los sucesos de mi vida que incluso pierden la esencia divina.
Ardí en guerra y hoy soy armera.
Soy mar, pero también quien intenta buscar estabilidad en las olas.
El filo de las palabras corta mi ego y no veo más opción que reirme de mi estulticia.
Odio verme vulnerable pero sueño con una vida abrazada al arte.
Soy una aficionada a la vida, lo que lleva a enmascararse con la muerte.
Me gotean inseguridades y me llueven las alegrías.
Soy vacío. El lienzo perfecto para crear de cero.
Soy la oda a la flor azul.
Cruzo fronteras inexistentes para acurrucarme en los brazos de mamá.
La arena cae en mi cabeza cuando siento el tiempo despedirse.
Me desvelo pensando en mi desesperanza. Así que, para mis versos, cartas suicidas.
Embotello sentimientos rogando no ser humana.
De mi morada los ojos son las puertas.
Soy retazos de experiencias.
La veracidad de mis palabras se fue perdiendo con el tiempo para mí y aún así son mi mejor arma.
Si bien, hoy elijo ser más yo que ayer, definir es poner bordes.
Soy deshonesta, probablemente no sea nada o quizás lo soy todo.
O quizás, mis palabras solo se limitan a algo que entienda mi cabeza.
Quizás, perdí el sentido a medida que apilé las palabras
O quizás desnudé mi alma y me dió pena.
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