querido dios

No estoy seguro de si está bien escribirte así.

No sé si me escucharás de forma distinta por usar palabras en un bloc en vez de pensamientos,

pero hay algo dentro de mí que pesa mucho,

y siento que necesito dejarlo en tus manos.

Desde que tengo memoria, he creído en Ti.

Mi vida estuvo llena de tus enseñanzas, tus símbolos y la sensación constante de que estabas presente en cada espacio de mi casa.

Mi padre te predica cada domingo con una fe que conmueve,

y mi madre reza con tanta devoción que a veces me hace sentir pequeño.

Yo también he creído, ¿sabes?

Creí sin preguntas, sin ruidos.

Como quien respira sin darse cuenta.

Pero ahora hay algo que no sé cómo encajar dentro de todo eso.

Tal vez ya lo sabes.

Estoy enamorado de alguien.

De un Él.

Y no es una confusión, ni un error, ni algo que se me pasará con el tiempo.

Es amor.

Y me duele no saber si eso me aleja de Ti.

Yo no elegí sentir esto.

No me desperté un día queriendo luchar contra mi fe, contra mi familia, contra lo que soy.

Simplemente sucedió.

Y desde entonces, cada noche es una batalla entre lo que siento y lo que me enseñaron a creer.

¿Es pecado amar a alguien así?

¿Cerrarás las puertas del cielo por algo que nace desde el afecto, desde el cuidado, desde lo más sincero de mí?

He intentado alejarme de él.

He intentado convencerme de que esto está mal.

He rezado hasta quedarme dormido, he llorado en silencio,

te he pedido que me corrijas, que me cambies.

Pero no llegó ninguna respuesta.

Solo silencio.

Y en ese silencio, Él seguía en mi mente.

Cuando estoy con él no siento vergüenza.

Siento calma.

Siento que puedo ser yo, sin miedo.

Y empiezo a pensar que tal vez, solo tal vez, tú no me odias por eso.

Que quizás estás también en esa paz.

No sé si esto es correcto.

No sé si aún me amarás igual.

Pero ya no puedo seguir escondiéndome.

Ya no puedo seguir pidiéndote que borres algo que me hace sentir vivo.

Y si amar de esta forma es un pecado,

entonces acepta mi culpa.

Pero no me pidas que deje de amar.

Porque si Tú me creaste tal como soy,

entonces también sembraste este amor en mí.

Y no quiero seguir creyendo que eso es un castigo.

Estoy cansado de tener miedo de Ti.

Solo quiero saber si todavía me ves.

Si todavía me abrazas, así, como soy.

Con todo lo que tengo,

y con lo que no puedo cambiar,

Tu hijo.