mobile isologo
buscar...

Querida soledad...

Dec 11, 2024

66
Querida soledad...
Empieza a escribir gratis en quaderno

Te conocí en septiembre,

aún recuerdo el sentimiento al verte.

Creí que me atraías, de hecho, lo hacías

Te veías tan tranquila, serena e impasible.

Tanto que quería saber,

¿como es que podías ser así?

yo moría avasallado por tanta tiniebla

que me dejaba a ciegas, me hacía tropezar.

Tanto calor que relentizaba mis pasos y agotaba mi cuerpo

Paso a paso fui hacía ti

Sin prisa, pero con interés

¿Que era lo que me llamaba de ti?

Un paso más, dos, tres y me veo frente a ti

O más bien, junto a ti

Al llegar sentí paz

Creía que me ofrecías tranquilidad,

frescura, una brisa reconfortante.

Empecé a alejarme de todo junto a ti

tomé tu mano y seguí,

encontré un lugar especial,

donde nadie podría infortunar.

Una hermosa cueva con salida al mar.

En aquel lugar nadie jamas podría entrar,

sería nuestro refugio de todo lo demás.

Más de tanto esperar y simplemente no avanzar, empecé a tiritar.

Tu reconfortante frío ya no era tan exquisito

Tu compañía me parecía sosa y aburrida

Me vi atrapado en ti,

en el lugar en donde yo mismo me había recluido por querer estar junto a ti

Por posicionarte como la única opción para mi.

A lo lejos vi al tiempo pasar

Arrastrando tras de si inmensas historias

Tomándolas como flores de un jardín,

más el mío estaba marchito

y no había flores para recoger.

Esperaba que tuviera paciencia,

quizás pronto saldrían flores en mi jardín,

era cuestión de esperar decía yo,

pero pasó de largo.

No sin antes dedicarme una mirada indiferente

Que provocó un frío aun más intenso en todo mi ser.

Lo vi alejarse y yo seguía tomando tu mano, fría como la nieve

Cuando intenté soltarte por que aquel frío que un día me reconfortaba el alma

Empezaba a lastimar, a doler.

No me dejabas, no me soltabas

Quizás no querías que me vaya

Quizás tampoco deseaba irme del todo,

pero a la vez sabía que tenías que dejarme ir.

Mi mirada se posó en nuestras manos

Que desde aquel día, estaban entrelazadas

Y ahí fue cuando descubrí que

El único que apretaba la tuya, era yo.

Ruby Stephania

Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor

Comprar un cafecito

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión