Querer y creer.

No eres un dios, no,

Pero te defiendo y te sigo así toda creyente como si el mismo fueras.

Y no sé porqué aún te elijo, amor,

Como si mi torpe corazón entorpecieras.

Me amé cuando me amabas,

—aún siendo mi propia enemiga—.

Me odié cuando lo hiciste,

Y que otro se esconda en tu pecho —mi antiguo hogar—,

Me lleno de envidia.

Y me sentí tan chiquita y vulnerable,

Cuando me miraste como si no me conocieras.

Cuando te pedí que con tanta sinceridad,

Con palabras tan filosas no, nena.

Porque aún siento como con cada mala palabra me quemas.

Nombré mi piel como tuya,

Dije que parecía este cuerpo y alma hecho por las dos.

Y ahora que no estás,

Ahora que te fuiste,

Y ahora me siento tan ajena...

Yo me sentí creyente.

No importa si sí o no me creyeras.

Quise pertenecerte a vos.

Yo te recé, te adoré.

Perdí la noción de las horas en plegarias,

Incluso perdí la visión de quien soy.

No soy seguidora de lo que implica tu religión,

Pero me someto a ser la que bese las puntas de tus pies

Y agradezca en tu nombre todo milagro, mi adorado dios.

Te quería,

Te seguía a la locura sin pensar el precio de mi cordura,

Porque te quería.

Y no importaba que tan hiriente seas,

Cuan descosida me quisieras.

Yo quería quererte,

Y no importaba si querías quedarte,

Yo te quería seas quien seas.

Mi dios o alguien tan común y corriente como otro lo pueda ver de las afueras.

No quiero que me toquen,

No quiero que me miren.

No quiero escuchar mi nombre de otro amante

Que no seas vos.

Dijiste rogarle a los astros para volver a verme,

Y admitiste ya no conocerme.

¿Entonces, en dónde ahora, mi amor,

Hallaré otros brazos —tan dignos— para esconderme?

¿Dónde habrá alguien que no pueda temerme?

¿Dónde habrá alguien —como tú, o parecido—, que sea digno —según yo— de tenerme?

¿Renunciar a esta libertad para que otro pueda quererme?

¿Querer volver a encontrarte cuando ya me has hecho perderme?

Yo necesito creer que alguien podrá quererme y quererme de verdad.

Antes de que crea, —me convesca—, de que ella era la única que podría llegarme a amar.