Te amo, lo hago en exceso,
en medidas exasperantes y me
desespera no saber tu respuesta.
¿Me amas?
¿Me odias?
¿O solo ignoras el sentir que retumba
en nuestros pechos?
Intento correr contra la corriente,
porque siento que mi huida será más
difícil cuando el sentimiento se hospede
en la parte de mi corazón que quedó
reservada para vos.
Temo que mires mis ojos y notes lo
desesperada que estoy por un poquito
de tu amor.
Temo no ser suficiente,
pero temo más a la idea de que vos
te sientas de esa manera.
¿Qué hemos sido todos estos años más
que estrellas de un mismo cielo?
Si la luna nos ilumina,
¿por qué rechazar la idea de que lo
haga estando juntos?
No corras, no huyas sin mí,
no temas, no te dañare.
Tengo el corazón agrietado,
pero no me impide amarte por partes iguales.
Veo tu cara en cada lugar al que voy
y siempre pienso en vos.
Lo peor que pude haber hecho fue
haberme negado tanto tiempo a la
idea de mis sentimientos,
porque quizás hubiera podido huir antes,
antes de que aparezcas,
antes de sentirme tan ajena.
Ahora no encuentro cómo irme,
porque no puedo alejarme de vos.
Dejaría todo lo que tengo de mí porque
te quedes, y eso es lo mucho que te amo.
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