Te extraño cada minuto de la mañana,
recordando lo que era sentir el
calor de tu pecho.
Ahora te veo alejándote y
no sé cómo hacer para que te quedes.
No sé cómo aferrarme a este
recuerdo que no se siente.
Quiero volver a tener tus
manos en mi pelo,
quiero volver a escucharte
decirme que todo va a estar bien,
aunque no fuera cierto.
Necesito escuchar el latido de tu corazón
para saber que todo esto no es mentira.
¿Qué puedo hacer para que vuelvas?
Porque la distancia quema como
si cada minuto lejos fuera una
tortura eterna que nunca termina.
Y pienso en qué pude hacer para
que no te alejaras
(o qué pude hacer para que te quedaras).
Aunque fuera un minuto más,
pero seguramente si te hubieras
quedado ese minuto más,
pediría más.
Porque nunca es suficiente con vos,
todo el tiempo es poco y
solo quiero escucharte decirme
que es lo mismo para vos.
Que esta distancia entre los dos
te desespera tanto como a mí,
pero no parece ser así.
Solo parece que es solo para mí.
Solo parece que a mí me duele.
Así que,
¿qué tengo que hacer para que te quedes?
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