¿Qué hice mal?
Nos conocimos en clase por primera vez, hicimos tan buen equipo que sacamos la nota más alta del grupo. Ese mismo día la invité a salir, aceptó. Le dije a papá que me prestara la camioneta, llegué a su casa, su cara de asombro me indicaba que sería una noche especial. Fuimos a uno de los restaurantes más prestigiosos de la ciudad, una vista hermosa y la mejor experiencia gastronómica que habrá tenido en su vida. Miraba hacia todos lados, como si no lo estuviera creyendo. Hablamos sobre nuestras vidas, ella trabajaba en la tienda con su mamá, su color favorito era el verde, le gustaban las salchipapas, los zapatos, las nubes, los perros. Le conté lo grande que era mi casa, le hablé sobre mis caballos, mis joyas, mis pasatiempos. Logré captar su atención. Le dejaba mensajes de buenos días, buenas tardes y buenas noches, recordándole lo hermosa que era y las ganas que tenía de volver a verla, Le enviaba canciones que me hacían pensar en ella. Le llevaba flores a clase, chocolatinas, cartas, todo para enamorarla. La invité a salir de nuevo, pero me dijo que estaría ocupada con su madre. No quise rendirme y le propuse salir otro día o la otra semana, pero al parecer estaría ocupada. No volví a verla en clase, no respondía mis llamadas, tampoco los mensajes. Una semana después fui a su casa, le compré unos zapatos, un anillo, rosas, peluches y un pequeño bulldog francés con los ojos de diferente color. Le encantaría. Pero nadie abrió la puerta. Ni en Facebook, ni en Instagram, ni en TikTok, en ninguna parte volví a verla. ¿Estará bien? ¿Qué fue lo que hice mal?
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