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    ¿qué es la literatura?

    melina

    Mar 15, 2025

    78
    ¿qué es la literatura?
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    Mi reseña de "Introducción: ¿Qué es la literatura?", por Terry Eagleton

    Melina Vega

    Encontrar la definición exacta que responda a la literatura de "¿Qué es la literatura?" no es una tarea fácil. La literatura no es una ciencia, pero, es cierto que existen una serie de reglas o normativas por las que se rige la escritura de un texto para que este sea considerado literario; no podemos comparar la estructura de La divina comedia con la estructura de una receta o una lista de supermercado. Tal vez, para responder a la pregunta incial, podríamos empezar por hacernos otra diferente: ¿Qué textos son literarios y por qué? En este capítulo, Terry Eagleton desentraña distintas teorías que intentaron definir a la literatura y las desafía, en búsqueda de una propia.

    La primera teoría abordada es la que define a la literatura como una "obra de imaginación". No fue difícil para Eagleton demostrar la inexactitud de dicha hipótesis: le literatura no puede ser obra meramente de la ficción si tantos títulos célebres, todos considerados literarios, nacieron como ensayos, autobiografías o poemas, textos verosímiles compuestos a partir de hechos o cosmovisiones. Además, exclama Eagleton: "Si se considera que los escritos "creadores" o "de imaginación" son literatura, ¿quiere decir esto que la historia, la filosofía y las ciencias naturales carecen de carácter creador y de imaginación?" (Eagleton, 1983, p. 78 del cuadernillo de ingreso)

    La definición de literatura como fruto de la imaginación no resultó lo suficientemente convincente para Eagleron, quien optó por modificar el ángulo desde el que realizaba su análisis. Tal vez, las obras en las que se "violenta organizadamente el lenguaje ordinario" (Eagleton, 1983, p. 78 del cuadernillo de ingreso) eran la verdadera literatura. Para ahondar en el tema, Terry nos presenta al formalismo ruso. Los formalistas insistían con la existencia de un tipo de un lenguaje además del ordinario: el lenguaje poético e intenso que se alejaba sistemáticamente del cotidiano, el llamado lenguaje formal o literario. Un libro, entonces, tenía la función de retardar la lectura a través de palabras complicadas y desconocidas en un contexto cotidiano (allí está el lenguaje literario), con el objetivo de alienar al lector y forzarlo a participar de una lectura más activa. Como valoraban tan vehementemente la forma por sobre el contenido, los formalistas aseguraban que este último era solo una excusa para poner en práctica el uso del lenguaje formal. Es decir,

    El Quijote no es un libro acerca de un personaje de ese nombre, el personaje no es más que un recurso para mantener unidas diferentes clases de técnicas narrativas. Rebelión en la granja (de Orwell) no era, según los formalistas, una alegoría del estalinismo: por el contrario, el estalinismo simple y llanamente proporcionó una oportunidad útil para tejer una alegoría. (Eagleton, 1983, p. 79 del cuadernillo de ingreso)

    De esta manera, cualquier perspectiva sociológica o psicológica sobre el contenido de un libro era automáticamente descartada. Por más que el lenguaje tuviera la función de extrañar, al lector, el tema de la obtra no tenía centralidad.

    Sin embargo. Eagleton propone que, otra vez, no todos los títulos aclamados tenían una prosa sobresaliente. Algunos eran sobrios y sencillos, y si extraía un fragmento aleatorio del contenido y lo situaba en una situacuón ordinaria, se encontraba con que este no tenía nada de especial ni poético; el lenguaje utilizado en algunas obras era tan ordinario que incluso se confundía con la escena de un bar. Eagleton afirmaba que "El considerar la literatura como lo hacen los formalistas equivale realmente a pensar que toda literatura es poesía" (Eagleton, 1983, p. 82 del cuadernillo de ingreso) por lo tanto, Eagleton llega a la conclusión de que el lenguaje está influenciado por el contexto social, económico, cultural e histórico de cada individuo. El lenguaj es un hecho social en sí mismo. Es decir, no podemos procurar que dos grupos sociales distintos lean el mismo lenguaje con el mismo criterio; unos estudiantes blancos, ingleses, de clase alta, tal vez consideren ordinario al lenguaje que un grupo de alumnos de clase baja, inmigrantes y de color entienden por formal. Y es que esta diferencia en las formas de interpretar un mismo texto tiene que ver con las ideologías de cada grupo; aquellas ideas o juicios de valor tan arraigados que influyen en lo que consideramos como literatura y con lo que se juzga que no lo es. Por ideología, se hace referencia a los valores fuertemente establecidos en un grupo de personas, relacionados con su forma de ver el mundo y percibir la organización de la sociedad. Los usos de la lengua varían, incluso más cuando hablamos de la valorización de la poesía en épocas diferentes, por ejemplo. Lo que la gente consideraba poético en la época victoriana probablemente no sea lo mismo que lo que actualmente es aceptado como poesía.

    A partir de este punto, Terry Eagleton descarta la teoría de los formalistas y transforma sus argumentos en los cimientos que construirán sus propio concepto de literatura. Dice; "la literatura puede referirse, en todo caso, tanto a lo que la gente hace con lo escrito como a lo que lo escrito hace con la gente" (op. cit, p. 83) . Esto se explica con la capacidad de "rarificar" un escrito. Como se mencionó anteriormente, los formalistas creían en la habilidad de "extrañamiento" del lenguaje, pero ¿qué pasa cuando es el lector quien se encarga de "extrañar" lo leído? Porque, en todo caso, un ebrio en falta de todas sus capacidades podría interpretar un letrero como un hermoso poema, aunque el letrero no haya sido construido con ese propósito en primer lugar, arrancándolo de su contexto ordinario inmediato y convirtiéndolo en algo mucho más general. Pero entonces, para ese ebrio, el letrero sería un poema, sin importar la finalidad que el autor original le haya impuesto a la obrea. Podría decirse que la literatura "es un discurso "no pragmático" (op. cit, p. 85) y que "carecer de un fin práctico inmediato, y debe referirse a una situación de carácter general" (op. cit). No existen juicios de valor completamente objetivos en cuanto a la valoración de la literatura. Como dice Eagleton en relación al fin y al valor de la misma:

    Quizá "literatura" signifique precisamente lo contrario: cualquier texto que, por tal o cual razón, alguien considera de gran importancia. Como diría un filósofo, "literatura" y "hierbajo" (...) se refieren al papel que desempeña un texto o un cardo en un contexto social, a lo que lo relaciona con su entorno y a lo que lo diferencia de él, a su comportamiento, a los fines a los que se le puede destinar y a las actividades humanas que lo rodean. (op. cit)

    En este sentido, con la rarificación suficiente, cualquier persona puede determinar por sí misma qué es literatura y qué no de manera individual. Pero la verdad es que, a niveles generales, siempre existió un grupo de personas, movidas por ciertas razones en cierta época que nos impuso el llamado "canon literario"; pero eso no significa que siempre debamos atenernos a él, solo que, si queremos profesar un cambio grande en la valorización de cierta obra mundialmente reconocida, se necesita un grupo enorme de gente que comparta el mismo objetivo y las mismas opiniones. Pero no es imposible. Las instituciones que forman al canon, definen lo que debe ser considerado literatura y lo que no, muchas veces de manera egoísta. Porque, al fin y al cabo, lo que leemos modifica nuestras estructuras mentales y nos forma como individuos pensantes. Al difundir tal contenido o censurar otro, el canon literario mantiene el órden de la sociedad.

    En conclusión, Eagleton define a la literatura como "una forma de escribir altamente apreciada que no es una entidda estable" (op. cit, p. 86). No es estática porque los tiempos cambian y, junto a ellos, las sociedades evolucionan. Al fin y al cabo, no podríamos mantener las mismas opiniones que hace siglos atrás, cuando vivimos en un mundo en constante progreso e intercambio de saberes.

    melina

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