Sólo me siento percibida cuando me mirás,
como un girasol suplicando los rayos del sol.
Soy más hermosa cuando me reflejo en tus ojos;
deseo, con desesperación, habitar siempre en tu mirar,
ser el único paisaje que quieras contemplar.
Quiero ser la obsesión que no puedas ignorar,
la única estrella en el cielo de tus pensamientos.
Quiero pertenecerte, profundamente,
y que lo desees con la misma intensidad.
Quiero ser el fuego que queme tus dudas,
el calor que recorra tu piel y te haga necesitarme,
como el aire que llena tus pulmones, constante e inevitable.
Que no exista rincón en tu mente donde yo no habite.
Me aterra la idea de no ser suficiente,
de que mi amor no te alcance.
Pero aún más me consume la urgencia
de ser todo lo que anhelás.
Quiero perderme en vos,
entregarte cada parte de mí,
y dejar que me deformes, que me construyas,
porque mi deseo es ser tuya, en cuerpo y alma.
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