¿Será? Que de una sonrisa cómplice, de ojos achinados y un poco contenida por el rostro mismo, tan sincera como incorrecta, puede aparecer un chispazo que llega para confirmar. ¿Confirmar qué? ¿Realmente tienen ese poder? Quizás comparable con el cosquilleo del estómago... que no avisa y llega de repente, inesperado, pero con una fuerza que lo hace convicente y placentero en partes iguales. Difícil entender cómo semejante sensación se hace notar a través de una mueca tan simple y natural.
Las sonrisas pueden... y confirman.
¿Les hacemos caso?
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