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Pueblo fantasma

Killa

Aug 22, 2024

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Pueblo fantasma
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Hay algo magnífico en la propuesta “te presto mi bici”. Es la puerta de entrada a un universo de encantos, relumbrones y descubrimientos.

Frío, junio, mar, olas, arena blanca, paradores y memorias inventadas. De un montón de playa en la costa sur de la región pampeana, se levantó un pueblo fantasma que albergaría momentáneamente dos cuerpos y eternamente dos almas.

Hay una coincidencia extraña que se siente y se contempla en dos momentos imprescindibles de la libertad: andar en bicicleta y columpiarse en una hamaca. Se olvidan las calamidades y se destacan las experiencias vigentes mientras el viento acaricia tu cara y el frío que cala los huesos te recuerda que es aquí, es hoy y es con él. Que nada importa tanto, que todo parpadea si lo ves con la luz correcta y que, lo que parece dormido, en realidad, está despierto, esperando que llegue su hora de levantarse del suelo y salir corriendo porque su temporalidad es distinta a la nuestra.

“Te presto mi bici” y en los paseos aprovechamos para reflexionar. Las montañas son gigantes de otro tiempo, viajar es la decisión correcta, vivimos en otra realidad, la libertad es una cuestión de conocimiento y aprender es un juego. Sangre, sudor y lágrimas es un opcional, risas y abrazos es un incondicional. Que escribir siempre sobre amor es absurdo pero que cada escrito tiene que hablar de amor es lógica total.

Pueblo fantasma, con gente que genera descargas eléctricas que te despiertan sonrisas, con olas que te dejan acercarte al mar y con lluvias que te permiten acercarte a un mundo vikingo donde aprendemos que la honestidad y la motivación son más antiguas y más importantes que el dios que nos espera del otro lado, borracho o castigador, arquitecto o espectador.

Lejos de volver, tan cerca de lo que nos deja, pueblito fantasma, montes hermosos, mares en calma, me dio una bici y piezas de cerámica hechas con orgullo. No me dio un amor, solo me acercó (más) al mío. Lo llevamos a todos lados en un Fiesta blanco porque su arena quedó atrapada en alguna rendija. Un lugar que nos dio loterías ganadas en un viaje de fortunas diarias y nos hizo millonarios.

Killa

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