mobile isologo
buscar...

Pudo ser mejor.

Dolbach

Aug 15, 2024

73
Empieza a escribir gratis en quaderno

...

En buena compañía.

-Veo muchas mujeres en su vida.

-Bueno, soy entrenador de un equipo de fútbol femenino.

-Sí, eso lo explica. Pero déjeme seguir escrutando en las cenizas.

-Eso le quería preguntar, señora vidente, ¿por qué hemos tenido que quemar un libro para esto?

-Bueno, era de Pío Moa, tampoco se pierde nada. ¿Me deja seguir?

-Sí, claro, disculpe.

-Aqui observo una palabra inacabada: revoluci... ¿Le dice algo?

-Ón.

-¿Qué?

-Joder, ¿usted es vidente?

-Sí, pero no de lo evidente.

-¿Qué le debo?

-No me va a pagar.

-Ah, pues no es tan mala, no.

Las ferias, como la sociedad misma, están llenas de vendedores de humo. La gente se gana la vida engañando a otra gente. Es un movimiento infinito destinado a que nadie se libre de ser víctima y pocos vivan libres de engañar al prójimo alguna vez.

Las diferencias estriban en las intenciones, las habilidades y las posibilidades.

Hay timadores a tiempo completo (las clases altas). Hay víctimas eternas (el Pueblo); y entre unas y otras, quienes se aprovechan de las posibles inocencias que pululan a su alrededor cercano.

Yo no estaba bien. Las chicas del equipo me habían denunciado ante la cúpula acusándome de abuso de poder y de mirarles las piernas.

Supongo que tenían razón, aunque entendía yo que como entrenador debía hacer que entrenaran, y lo de las piernas... pues la verdad, siempre me ha gustado verlas.

Suspendido de empleo y sueldo deambulaba por la ciudad buscando algún resquicio de algo bueno.

"Nunca es pronto" rezaba el cartel nominativo de lo que parecía un garito o un tugurio (la verdad es que nunca he investigado el matiz diferencial). Entré.

Una barra a un lado con su hilera de taburetes y unas mesas al otro con su rodeo de sillas, eran todo el organigrama funcional del local. Lo estético, el desaliño del tiempo, con un calendario de mil novecientos setenta y cuatro, mes de marzo, (una rubia con escote), y dos láminas enmarcadas de unos paisajes de Jaén.

Detrás de la barra un hombre espectro que parecía haber nacido ahí ya con bigote.

-¿Qué va a ser?

-Un desastre.

-¿Quiere tomar algo o no?

-Yo le aviso.

-Mientras no pida nada no use el baño.

No me gustó el fulano, y, como no tenía necesidades fisiológicas que atender, salí como había entrado.

Yo tuve una granja en la Alcarria, al pie del cerro de Castejón, pero quise ser alguien de más grado. Y ya ven, aquí, Chafachorras en Madrid, con lo bien que podía estar con las gallinas.

Vale.

Dolbach

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión