Estoy cansado de llorar en silencio,
de consumarme en la rabia,
y de ser la ceniza
de las reacciones impulsivas,
de los fuegos que me habitan,
fuegos que hieren a todos
comandados por la paranoia,
la desconfianza que nace de desaciertos pasados;
quiero hacer todo más fácil
y renunciar a mi orgullo,
permitirme vivir desde adentro lo que siento,
sin vergüenza alguna,
ignorando el prejuicio;
admitiré las veces que sean necesarias
mis errores, mis faltas,
mis tristezas y desdichas,
basta de latigazos, de mutilación,
de inmolación,
estoy cansado de sabotearme la vida
de ser mi peor enemigo;
la vida promete ser bella
si yo prometo ser humano,
si soy capaz de fallar y perdonarme por ello,
y aquí estoy, entregándome
a la nueva sensación de amarme a mí mismo,
y permitirme ser amado,
sin asumir que todo debería ser perfecto.
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