Primos en la fe.

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Por si hubiera quien quisiera.

Queridos y no queridos seres que hasta aqui traéis vuestra mirada, en este último miércoles antes del último mes, en la constatación de que el tiempo es relativo y se detiene, camina, corre o vuela, según lo contrario de lo que se desea, os digo:

Todo es darse cuenta.

El Capitalismo apesta.

Sé que estar en este lado de la cuesta ayuda a no percibir tal aroma, sobre todo si no se quiere oler, sobre todo si se prefiere perfumar el ambiente y ser al tufo a mierda, indiferente.

Fútbol que haya, y cañas, y jamón, y toros en las plazas, y misas, y caza. Y si hay quien no tiene pan, que coma pasteles (dijo la reina).

La feria según se vive, y eso del color del cristal con que se mire.

Lo evidente que no cuente.

Sobra en el mundo comida, pero lo que sobra se tira.

Observando cómo va aquí, donde no nos ocupamos del allí, donde la miseria campea, podemos hacernos una idea del enorme mal, porque si aquí tenemos, es porque allí esquilmamos.

Cuando no hay inflación hay deflación.

Cuando no hay trabajadores que no encuentran trabajo hay empresarios que no encuentran esclavos.

Cuando no hay crisis del petroleo, hay burbuja inmobiliaria.

Cuando no hay pandemia, hay guerra.

Cuando no hay mundial, hay copa de europa. Y cuando no, olimpiadas. O un concurso de gachas.

Y te ponen un viernes negro como si los lunes no bastaran.

Y enseguida navidad de calles llenas de luces aunque en casa tengan que estar apagadas.

Y así las gasta el Sistema. Para que cuatro tengan millones, que millones no tengan nada.

Enfermo mundo que preferimos aceptar que cambiar.

Así, por no querer ver, ya que "no nos va tan mal", aceptamos la miseria ajena. Pero así, y bien merecido, ella llamará a la puerta.

Podéis ir en paz.