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    Primera parte del diario de una persona con trastorno bipolar y trastorno limite de la personalidad.

    Julián

    Jan 16, 2025

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    Primera parte del diario de una persona con trastorno bipolar y trastorno limite de la personalidad.
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    Escribir va a ser mi forma de crear una rutina nueva, en la que (intencionalmente) registre lo que es convivir con un diagnostico de trastorno bipolar y trastorno limite de la personalidad.

    Cuando recibí el diagnostico hace cinco años, senti un gran alivio porque era el fin de la incertidumbre de una gran cantidad de sintomas que sentia, el hecho de ponerle nombre a lo que me pasaba, la simple razón de un desorden animico, saberme acompañado por otras personas que también sufran y contadas veces disfruten las experiencias de vivir como lo hago yo.

    Lo cierto es que sólo encontré una persona que comprenda por su propia vivencia lo que me pasaba. Un amigo y confidente, a quien llevo en mi (intenso) corazón a diario, que me acompaña a través de mensajes diarios, en los que contamos nuestras penas. La amistad a distancia, es un tanto complicada, porque aunque escribas y grabes en un audio todos tus sentimientos, el calor de la piel del otro ser humano no está presente en tu cotidianidad y eso, a la larga, resulta un tanto doloroso. Pero es un tema que prefiero escribir en otro momento, tengo unos 11 años de amistades virtuales y tengo mucho por decir sobre eso.

    En este momento de mi vida, en el que tengo 28 años y 7 meses, en el que por primera vez en siete años estoy solo, sin pareja ni amigos que vivan cerca, convivo con mi enemigo (yo mismo), el tsunami de emociones que me persiguen a diario, las voces de mis pensamientos intrusivos que están 24/7 dispuestas a fatalizar cualquier evento que ocurra. Es también el segundo gran episodio depresivo que sufro desde que recibí mis diagnosticos, hoy registre una sensación que no aparecia hace tres años o un poquito más, la de estar en la calle, caminando hacia mi casa y sentir un vacio demasiado grande para que se contenga en mi cuerpo, un vacio que se alimenta de mis tristezas y mis miedos, que me avisa que mi cuerpo no es capaz de aguantar esta angustia, que instala en mí el deseo de tirar las compras al piso y con ellas, mi propio cuerpo, el deseo de caer de rodillas y llorar hasta que no queden más lagrimas, el hecho de estar en la vía publica no tiene gran relevancia, ahí estaba yo con mis pensamientos, sentimientos y deseos: dejar de estar vivo para experimentar este sufrimiento.

    Para ser un poco justo conmigo, mis sentimientos son completamente validos y aunque no todos estén justificados, la mayoria lo están.

    En el momento en el que recibí el carnet de discapacidad no entendía lo que significaba, el resto de lo que viva, estas condiciones van a estar conmigo y no sólo van a hacerme sentir que estoy viviendo en carne viva, sin nada que me proteja, también van a lograr que queda emoción se sienta como un gran puñal en el pecho y también en mi cabeza.

    Todo lo que no comprendia, ahora si. Son hechos, puedo comprobarlos mirando a mi alrededor: estoy solo, mi familia no entiende mis propias vivencias y tampoco tienen la intención de modificar la tendencia pasivo-agresiva con la que se vinculan desde siempre. Debe haber un sinfin de patologias sin diagnosticar en lo que, aunque me pese, es mi casa. No lo considero un hogar, no sé si alguna vez lo he considerado.

    Mi intención con este palabrerio, es decir o escribir lo que llevo dentro. Una inmensa tristeza, un muy profundo miedo al abandono y a salir de mi habitación, un deseo latente de terminar con mi vida y con los pensamientos que pocas noches se apagan.

    Y aunque me pese, es la forma en la que voy a vivir la vida con muchas herramientas y habilidades, con acompañamiento de mi psicologa (a quien le debo mucho más que mi insignante vida) y mi psiquiatra, con un esquema de medicación que me deja lo suficientemente adormecido como para no sentir mis propios labios cuando despierto. Hoy no senti las fuerzas para hablar fuerte como para que alguien más que yo mismo escuche mis palabras pero si pude llorar, pude llorar muchísimo, me pesan los ojos y me siento agotado, no solo es el llanto, es todo a decir verdad. Pero mañana tengo un desafio: salir de mi casa, ir a una biblioteca a leer cualquier libro, vencer aunque sean pequeños pasos, mi miedo de dejar mi casa y empezar a vivir la vida de la manera más intensa que sea posible, así como siento mis emociones, quiero poder experimentar el mundo. Si leiste todo esto, gracias por acompañarme en el recorrido que acaba de empezar.

    Julián

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