aquella muchacha se levantó aquel día
y cometió el error de tocar su cabeza,
ahí donde las flechas siempre estaban.
dolió esta vez,
pero más por lo de la noche anterior.
su vestido estaba desgarrado y se podía notar lo morado bajos sus ojos.
el peligro de caminar sola
en una noche sin luna.
quiero llorar por ella,
porque me queman sus ojos,
su cuerpo se siente ajeno
arena en las venas
y electricidad en la columna vertebral,
la chica de las flechas en el cerebro
¿y no te duele?
un poco, si lo pienso,
pero duele amar tanto,
y llegar a casa cuando no hace frío ni calor
y no poder besar a nadie.
y dolió cuando Júpiter nos miró con desprecio,
y asumió que el resto eran bromas.
llevo tres años pensando en llegar a ella,
y quizá esté más cerca que nunca,
o al menos que antes,
las fechas se hunden más y ya no hay sangre
quiero sacarlas pero sería morir,
y que misterio es vivir.
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