PREGUNTAS

PREGUNTAS

SER, O NO SER… ¿Por qué ser? … ¿Quién o quiénes me obligarían a ser lo que no quiero ser… ¿Quien o quienes me asegurarían el qué, el cómo, o el dónde y el cuándo? … ¿Y por qué?... ¿Y por qué también tantas preguntas?... Y la pregunta esencial: ¿viviré lo suficiente para encontrar todas estas respuestas, o debería sumergirme en la vorágine existencial para, sin perder más tiempo, encontrarlas cuanto antes?... Pero, de encontrar las respuestas… ¿Serían mis propias respuestas?... ¿O serían respuestas generalizadas?... Y de ser así… ¿Cuánta vigencia tendrían hasta quedar irremediablemente obsoletas?

¡” EL CUADRADO DE LA HIPOTENUSA ES IGUAL A LA SUMA DE LOS CUADRADOS DE LOS CATETOS”!... Sí, es cierto, pero… ¿Por qué?… ¿Por qué es así y no de otro modo?

¡”LA ENERGÍA ES IGUAL A LA MASA POR LA VELOCIDAD DE LA LUZ AL CUADRADO”!... esto es relativamente cierto, porque la fórmula aplica para las partículas en reposo, pero NO para las poéticas, pues la poesía es movimiento…  Axioma literario que tiene tantas versiones, como poetas existen en este mundo tan relativo.

Entonces me repregunto: ¿vale la pena bajarse de la calesita “elucubracional”, con la intención de encontrar respuestas para preguntas sin respuesta?

“CONTINUAN LOS BOMBARDEOS EN LA FRANJA DE GAZA”, titula un matutino, con rimbombante dramatismo, al tiempo que la bestia apocalíptica aplaude de antemano su exitosa futura cosecha de litio fresco, allá, en el norte…

Pero me fui al pasto…

Retomemos: Si preguntarme cosas es, para los poderes asimétricos, algo que no debería yo hacer… ¿Por qué entonces puedo hacerlo?... ¿Por qué en este exacto momento me pregunto todo esto? … ¡POR QUÉ!

¿Cambiaría mi vida,

mi contexto, preguntarme

todo esto?

¿Será que los cambios se producen por Gracia de Dios?... ¿Y dónde está?... ¿Y cómo es?... ¿Por qué se esconde para que no lo veamos?... Ai tá… ¿Ve?

¿Será que Dios no sabe leer, y por eso no se enteró lo que está sucediendo en Gaza, ni en los otros lugares donde la muerte está de fiesta?

La muerte de tantos niños inocentes... ¿Qué justifica?... ¿Qué malditamente significa?... ¿Será la comprobación de que al mundo lo manejan los miserables? : ¡Sí, al mundo lo manejan y dominan los miserables!… Ai tá de nuevo Ve?... Entre tantas preguntas, una respuesta… Una sola y espantosa respuesta…

Entonces te pregunto a vos, Camus: ¿Por qué estamos aquí?... ¿Qué sentido tendría entonces la existencialidad ? 

Silencio incómodo…

 - ¿Ya ves, Camus, lo absurdo de todo esto?...