Por verte una vez más

Había olvidado tantas cosas,

no recordaba lo que era estar atada a la superficie,

sentir el peso del cuerpo,

los latidos del corazón,

e incluso la intensidad de cada emoción.

Nada de esto puedo controlar,

solo vine aquí por una razón,

una sola y nada más,

lo único que se siente familiar,

lo que me hace querer regresar,

siempre, cada vez que puedo,

una vez más.

Estoy aquí,

en medio de la oscuridad,

camino en busca de tu dirección.

Mi cuerpo no es mi cuerpo,

pero juro que soy yo:

mi esencia,

mi vida que ya no es vida,

mi eterno amor.

Si te contara cómo he llegado, no lo creerías,

siempre te dejo con la duda,

porque en aquellos tiempos el misterio nos generaba emoción.

Solo agradezco volver a sentir este fulgor,

ese que solo se vive una vez,

porque estás vivo.

Las personas me perciben,

al pasar cerca aprecian mi brillo,

incluso parte de mi encanto,

dicen querer volar,

así, tan fugaces como yo.

No saben a dónde me dirijo,

no creen que yo tenga algún destino,

más que un camino infinito que no se detiene,

ni por un instante.

No saben a lo que me enfrento,

un cielo enfurecido

por aferrarme a recuerdos

con los que ya no convivo.

No saben que, tan solo por un momento,

mientras me observan,

yo vuelvo a amar.

Y entonces lo voy a visitar,

y así, como si nada, me presento,

le ofrezco por un rato mi paz,

esa que solo aparece

cuando él me vuelve a mirar.

Él, lógicamente, se sorprende,

y en ese instante mi nombre vuelve a sentirse importante.

Nuevamente me sonrojo

y regreso a donde todo comenzó,

una noche que nos prometió mucho

y poco nos dejó.

Pero eso me hace feliz,

una vez, dentro de tanto tiempo,

y aunque él no comprenda

ni sepa en qué me convertí,

también lo invade la felicidad,

porque recuerda que prometí,

de alguna u otra forma,

volver a regresar.