...
Ante alguna de mis publicaciones en las que acudo a opinar de la fe y de sus intermediarios, alguien me dice:
"Dejemos a las religiones en paz".
Mi respuesta:
El problema es que las religiones no son ajenas a la política. Si pueden se arriman al Poder, son Poder. Influyen tanto en la sociedad como influyen los medios de comunicación, los políticos, la Justicia.
Ojalá fueran algo privado y para quienes lo quisieran, pero aquí todos nos vemos pagando misas, sufriendo cortes de calles para que procesionen, aguantando presiones del clero en uno u otro sentido...
Yo comprendo que se tienda a querer separar lo religioso de lo laico, de lo político, pero es la religión la que se niega a ello.
Ahí está la misa por los que murieron en la catástrofe de la DANA. ¿Por qué los ministros acudieron como ministros? Esas cosas contribuyen a que la religión sea asunto de Estado y que aparezca con tanta frecuencia en mi estado.
Que la Iglesia deje de chupar de los impuestos, que dejen de condicionar políticamente (homilías mediante) al crédulo Pueblo y yo me olvidaré de ellos, pero mientras se nutran con lo de todos, mientras adoctrinen en los públicos colegios, mientras hagan misas a Franco, me tendrán enfrente.
Es política por su culpa, no por la mía.
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